La unión hace la fuerza

[Sasagani Yota]

-Qué por qué no h...-

No pude terminar, de pronto algo embriagó lo más profundo de mi ser. Pese a ser amigos en la academia, aquel combate era una petición de nuestro sensei, como cuando nos ponían deberes para hacer en casa en al academia, como cuando teníamos que estudiar para un examen, una tarea que debíamos completar y sin embargo, Eri la rechazó al verme de rodillas en el suelo, visiblemente agotado y malherido.

*Pero debiste hacer lo que pidió Toyo-sensei...*

Era incapaz de articular palabra alguna. Simplemente seguía reparando el hueso de mi antebrazo soportando las pequeñas y ligeras punzadas de dolor. Instintivamente fui incapaz de mantener mi mirada sobre la suya y bajé la cabeza, momento en el que el silencio se apoderó de aquel lugar.

Puto silencio más desagradable.

-No debes preocuparte por mis huesos. Los repararé- respondí con tal de tranquilizarla un poco.

El brazo derecho ya estaba completamente reparado así que repetí la operación con el izquierdo.

-¿Cómo lo hiciste?- pregunté, tratando de sacar algún tema de conversación -Por un momento es como si hubieses conseguido la fuerza de un gigante-

*Por no decir que pareció como si fuera la patada de un demonio*

Pero no lo era. Ambos éramos ninjas y sabía que se trataba de algún tipo de técnica de taijutsu que de bien seguro había aprendido a lo largo del tiempo. Tal y como yo había aprendido a manipular mis huesos.