—Perdóname si te preocupé, cielo. Es sólo que quería evitar mojarme demasiado, pero al final no lo conseguí— Sonrió alicaída, aunque el gesto se le apagó al escuchar el asunto del cuadro. —¿Robo, aquí? ¡Eso es una locura!— Exclamó estando aún en el suelo. —Yo no he visto pasar a nadie, me dirigía a los baños a por una toalla para secarme el cabello cuando choqué con ustedes— Intentó ponerse en pie cuando Mei le sujetó de la mano, pero la soltó e hizo una mueca extraña al tratar de apoyar el talón. —Ay dios, creo que me lastimé el tobillo y quizás necesitaré una muleta. ¿Puedo pedirles que por favor que alguien me deje apoyarme en su hombro para poder caminar hasta mi cuarto?— Se cubrió la boca apoyando su dedo índice en los labios mientras observaba con ojitos llorosos a ambos.
—Me lleva la que me trajo...— Refunfuñó el trabajador. —No es que quiera ser descortés con un cliente pero, pero, pero, pero...— Se le hacía muy difícil decirle que no, en especial porque probablemente resultó lesionada pos su culpa. Sin embargo, el peso de perder una pieza de alto valor era algo con lo que no podría lidiar en su conciencia.
Y mientras hablaban, los segundos seguían su curso.
—Me lleva la que me trajo...— Refunfuñó el trabajador. —No es que quiera ser descortés con un cliente pero, pero, pero, pero...— Se le hacía muy difícil decirle que no, en especial porque probablemente resultó lesionada pos su culpa. Sin embargo, el peso de perder una pieza de alto valor era algo con lo que no podría lidiar en su conciencia.
Y mientras hablaban, los segundos seguían su curso.