12/01/2019, 18:42
—Kazuma-kun. Eres un genin, y como genin, puedes escapar cuando la cosa sale de control. Debes dejar a tus superiores trabajar. Si te quedaras conmigo, probablemente me estorbarías…
—Ciertamente, mucho ayuda el que poco estorba —reconoció al ser consciente de su escasa fuerza.
Unos cuantos metros de silencio le ayudaron a poner en perspectiva las palabras de su sensei: se recordó a sí mismo acorralado, durante su primera misión. Imagino una situación en donde tuviese que proteger a alguien más, alguien más débil. No importaba como lo plantease, el resultado siempre era funesto.
—Parece que el deber implica muchas cosas difíciles —reflexiono como un chico que atisba las cumbres de una futura responsabilidad—. Pero si mi deber es retirarme e informar, entonces eso hare.
Sintió la necesidad de plantearle a Juro una situación inversa, en donde fuese el maestro quien tuviese que abandonar al alumno para proteger algo mayor, ya fuese información valiosa, su propio valor como jounin o la aldea misma. Quiso preguntar por ello. Pero a pesar de que intuía la respuesta, de que se creía capaz de digerirla, no veía la forma en que su sensei pudiese tolerar decirla o expresarla. He allí una pregunta que no podía hacer, que no tenía sentido hacer.
—Ciertamente, mucho ayuda el que poco estorba —reconoció al ser consciente de su escasa fuerza.
Unos cuantos metros de silencio le ayudaron a poner en perspectiva las palabras de su sensei: se recordó a sí mismo acorralado, durante su primera misión. Imagino una situación en donde tuviese que proteger a alguien más, alguien más débil. No importaba como lo plantease, el resultado siempre era funesto.
—Parece que el deber implica muchas cosas difíciles —reflexiono como un chico que atisba las cumbres de una futura responsabilidad—. Pero si mi deber es retirarme e informar, entonces eso hare.
Sintió la necesidad de plantearle a Juro una situación inversa, en donde fuese el maestro quien tuviese que abandonar al alumno para proteger algo mayor, ya fuese información valiosa, su propio valor como jounin o la aldea misma. Quiso preguntar por ello. Pero a pesar de que intuía la respuesta, de que se creía capaz de digerirla, no veía la forma en que su sensei pudiese tolerar decirla o expresarla. He allí una pregunta que no podía hacer, que no tenía sentido hacer.