13/01/2019, 01:35
El clima pese a ser frio resultaba bastante agradable. Los shinobis se mantenían caminando viendo el ir y venir de otros viajeros y comerciantes, siendo que había tramos con mucha afluencia y otros prácticamente desolados. Fue uno de estos últimos en donde se encontraron con algo, común y a su vez inusual.
—Mire, sensei, es un vehículo enorme —señalo curioso y atento—. Aunque se han detenido de forma extraña, ¿Dónde estará su gente?
Aquello era lo primero que podía ocurrírsele, pues de lo poco que sabía estaba el conocimiento de que nadie puede llevar en soledad una caravana de ese tamaño y que muy difícilmente dejarían algo de semejante valor abandonado.
—Mire, sensei, es un vehículo enorme —señalo curioso y atento—. Aunque se han detenido de forma extraña, ¿Dónde estará su gente?
Aquello era lo primero que podía ocurrírsele, pues de lo poco que sabía estaba el conocimiento de que nadie puede llevar en soledad una caravana de ese tamaño y que muy difícilmente dejarían algo de semejante valor abandonado.