13/01/2019, 01:47
»¿Por qué no preguntar también a una verdadera dama? Una tan refinada, que seguro sabrá sobre el comportamiento que las mujeres prefieren en los hombres cuando van a pretenderlas.
—Ya veo, por supuesto —dijo, reconociendo que era una idea brillante—: para casar el lobo ha de entender cómo piensa el cordero.
Pero le inquietaba un poco el pensar que en aquel momento él era más como un cordero y su amiga era más como el lobo, y su hermana era como un ogro.
—Es una estrategia genial, sensei, justo como cabría esperarse de usted.
—Ya veo, por supuesto —dijo, reconociendo que era una idea brillante—: para casar el lobo ha de entender cómo piensa el cordero.
Pero le inquietaba un poco el pensar que en aquel momento él era más como un cordero y su amiga era más como el lobo, y su hermana era como un ogro.
—Es una estrategia genial, sensei, justo como cabría esperarse de usted.