15/01/2019, 00:30
—Mira, Kokuō, era simple curiosidad —resopló Daruu, terriblemente cansado del recelo del Bijū—, pero si no quieres no digas nada. No necesito la información para nada. Saber que le encanta el pollo frito no me va ayudar a encerrarlo, supuestamente. Hace un mes, no habría pensado que seríais más que unos asesinos despiadados, y en ti he descubierto mucho más. Incluso motivos. Eso ha... desafiado mis... fronteras mentales. Sólo era curiosidad. Me imagino que no seréis todos iguales.
Sin embargo, Kokuō se había llevado una mano a la boca y sus hombros convulsionaron durante unos instantes. Al final no pudo soportarlo por más tiempo y rompió a reír. Y su carcajada se escuchó por cada uno de los rincones del calabozo.
—¡JAJAJAJAJAJAJAJA! —Tuvo que enjugarse un par de lágrimas rebeldes que se habían escapado de la comisura de sus ojos. Aquel arrebato duró varios segundos más, hasta que Kokuō consiguió recobrar el control de su respiración—. Discúlpeme, pero es tan gracioso... —dijo, aún jadeante—. Porque, de todos mis hermanos, Daruu, Shukaku es, precisamente, lo que usted definiría como "un asesino despiadado" —le confesó, clavando en él sus brillantes ojos—. Han tenido suerte de que yo fuera la primera en ser revertida. Él no se habría conformado con aislarse en un país remoto. Ese Jinchūriki suyo no lo debe estar pasando nada bien. Si no fuera ese maldito Uchiha, casi podría llegar a sentir algo de lástima por él.
Ladeó la cabeza hacia el muchacho, y una extraña sonrisa curvó sus labios.
—Me ha preguntado por mis hermanos, Daruu. ¿Pero acaso sabe cómo soy yo en realidad?
Sin embargo, Kokuō se había llevado una mano a la boca y sus hombros convulsionaron durante unos instantes. Al final no pudo soportarlo por más tiempo y rompió a reír. Y su carcajada se escuchó por cada uno de los rincones del calabozo.
—¡JAJAJAJAJAJAJAJA! —Tuvo que enjugarse un par de lágrimas rebeldes que se habían escapado de la comisura de sus ojos. Aquel arrebato duró varios segundos más, hasta que Kokuō consiguió recobrar el control de su respiración—. Discúlpeme, pero es tan gracioso... —dijo, aún jadeante—. Porque, de todos mis hermanos, Daruu, Shukaku es, precisamente, lo que usted definiría como "un asesino despiadado" —le confesó, clavando en él sus brillantes ojos—. Han tenido suerte de que yo fuera la primera en ser revertida. Él no se habría conformado con aislarse en un país remoto. Ese Jinchūriki suyo no lo debe estar pasando nada bien. Si no fuera ese maldito Uchiha, casi podría llegar a sentir algo de lástima por él.
Ladeó la cabeza hacia el muchacho, y una extraña sonrisa curvó sus labios.
—Me ha preguntado por mis hermanos, Daruu. ¿Pero acaso sabe cómo soy yo en realidad?