15/01/2019, 12:33
A Kokuo pareció hacerle muchísima gracia lo que Daruu acababa de decir. Incapaz de aguantarse la risa, soltó una estridente carcajada que reverberó en las rejas de las celdas continuas. Daruu miró a la puerta preocupado. Si a algún guardia se le cruzaban los cables y decidía que aquella risa significaba complicidad con el bijuu, y acababa contándoselo a Yui... Daruu podía acabar en mal lugar. Y entonces sí que no podría volver a hablar ni con Kokuo ni con Ayame.
—¡Sssh, cuidado...! —Trató de advertir, llevándose el dedo índice a los labios.
El Gobi disculpó sus risas y declaró el motivo: que Shukaku era, precisamente, la imagen prototipo que tenían los humanos de los bijuu.
—Han tenido suerte de que yo fuera la primera en ser revertida. Él no se habría conformado con aislarse en un país remoto. Ese Jinchūriki suyo no lo debe estar pasando nada bien. Si no fuera ese maldito Uchiha, casi podría llegar a sentir algo de lástima por él. —Daruu desvió la mirada, pensativo. Pues él no sentía nada de lástima por Datsue. Esa rata le había traicionado desde el primer momento. Luego, él se había mostrado empático con él, arriesgando el pellejo ante Shanise por intentar ayudarle con el tema de Aiko. Y luego él les había vuelto a traicionar. El bijuu ladeó la cabeza hacia él y curvó sus labios en una inquietante sonrisa—. Me ha preguntado por mis hermanos, Daruu. ¿Pero acaso sabe cómo soy yo en realidad?
Daruu sonrió, y soltó lo primero que le pasó por la cabeza. Tonto. Estúpido.
—¿Grande? —dijo, separando las manos—. ¿Con cinco colas? —Con la derecha, enseñó los cinco dedos.
—¡Sssh, cuidado...! —Trató de advertir, llevándose el dedo índice a los labios.
El Gobi disculpó sus risas y declaró el motivo: que Shukaku era, precisamente, la imagen prototipo que tenían los humanos de los bijuu.
—Han tenido suerte de que yo fuera la primera en ser revertida. Él no se habría conformado con aislarse en un país remoto. Ese Jinchūriki suyo no lo debe estar pasando nada bien. Si no fuera ese maldito Uchiha, casi podría llegar a sentir algo de lástima por él. —Daruu desvió la mirada, pensativo. Pues él no sentía nada de lástima por Datsue. Esa rata le había traicionado desde el primer momento. Luego, él se había mostrado empático con él, arriesgando el pellejo ante Shanise por intentar ayudarle con el tema de Aiko. Y luego él les había vuelto a traicionar. El bijuu ladeó la cabeza hacia él y curvó sus labios en una inquietante sonrisa—. Me ha preguntado por mis hermanos, Daruu. ¿Pero acaso sabe cómo soy yo en realidad?
Daruu sonrió, y soltó lo primero que le pasó por la cabeza. Tonto. Estúpido.
—¿Grande? —dijo, separando las manos—. ¿Con cinco colas? —Con la derecha, enseñó los cinco dedos.