23/01/2019, 13:44
Y el gato esbozó una sonrisilla traviesa.
—Sí, Kokuō-nyan, soy nyuna invocación, nyaunque a nyí me gusta decir que soy nyun... gato nyinja —dijo, y Kokuō tuvo que esforzarse para entender sus palabras entremezcladas con maullidos. El felino volvió a reír—. Y por supuesto que he nyoído hablar de ese dicho humanyo sobre la curiosidad... pero primero: nyusted no es unya humana. —Señaló, levantando una pata y el dedo índice, y junto a las siguientes palabras levantó un segundo dedo—. Y segundo, los curiosos nyo suelen morir a este lado de nyunos barrotes. Nyejejejeje.
A Kokuō se le borró la sonrisa de la cara de forma instantánea y su gesto se volvió súbitamente sombrío. Ayame guardaba un tenso silencio.
«Ya no me cae bien este gato.» Comentó para sí.
—¿Cómo es que conoce mi nombre, minino?
—Sí, Kokuō-nyan, soy nyuna invocación, nyaunque a nyí me gusta decir que soy nyun... gato nyinja —dijo, y Kokuō tuvo que esforzarse para entender sus palabras entremezcladas con maullidos. El felino volvió a reír—. Y por supuesto que he nyoído hablar de ese dicho humanyo sobre la curiosidad... pero primero: nyusted no es unya humana. —Señaló, levantando una pata y el dedo índice, y junto a las siguientes palabras levantó un segundo dedo—. Y segundo, los curiosos nyo suelen morir a este lado de nyunos barrotes. Nyejejejeje.
A Kokuō se le borró la sonrisa de la cara de forma instantánea y su gesto se volvió súbitamente sombrío. Ayame guardaba un tenso silencio.
«Ya no me cae bien este gato.» Comentó para sí.
—¿Cómo es que conoce mi nombre, minino?