24/01/2019, 00:35
—Oh, vamos, borra nyesa mueca de nyasesina de tu cara —resolvió el gato, con una risotada—. Tan sólo estoy jugando contigo.
Y antes de que Kokuō pudiera responder siquiera, se quedó con la boca abierta. El gato se había visto envuelto en una nube de humo y, cuando esta desapareció, dejó a la vista un chiquillo cuyos pies apenas llegaban al suelo. Tenía el pelo blanco como la nieve, e iba embutido en una sudadera y unos pantalones de color azul.
—Oh, claro que conyozco tu nyombre —respondió al fin; aunque, para estupefacción de Kokuō, seguía usando aquellos maullidos como coletillas—. ¡Daruu-nyiisan me ha contado todo sobre vosotras dos! Me escapé durante el entrenyamiento y vinye a veros. Nyodia cuando hago eso, nyejejeje.
Preguntaba Ayame, pero Kokuō había entrecerrado los ojos, entre recelosa y confundida.
—¿Es usted un niño? ¿Un niño que se ha transformado en un gato para colarse aquí? —preguntó, antes de apartar la mirada de él y lanzar un suspiro al aire—. Debería volver con sus padres, o con tu sensei, no les va a hacer ninguna gracia que ande rondando cerca de un monstruo como yo. No me hago responsable de su posible castigo.
Y antes de que Kokuō pudiera responder siquiera, se quedó con la boca abierta. El gato se había visto envuelto en una nube de humo y, cuando esta desapareció, dejó a la vista un chiquillo cuyos pies apenas llegaban al suelo. Tenía el pelo blanco como la nieve, e iba embutido en una sudadera y unos pantalones de color azul.
—Oh, claro que conyozco tu nyombre —respondió al fin; aunque, para estupefacción de Kokuō, seguía usando aquellos maullidos como coletillas—. ¡Daruu-nyiisan me ha contado todo sobre vosotras dos! Me escapé durante el entrenyamiento y vinye a veros. Nyodia cuando hago eso, nyejejeje.
«¿Daruu-kun? Pero eso quiere decir entonces... No... no entiendo nada...»
Preguntaba Ayame, pero Kokuō había entrecerrado los ojos, entre recelosa y confundida.
—¿Es usted un niño? ¿Un niño que se ha transformado en un gato para colarse aquí? —preguntó, antes de apartar la mirada de él y lanzar un suspiro al aire—. Debería volver con sus padres, o con tu sensei, no les va a hacer ninguna gracia que ande rondando cerca de un monstruo como yo. No me hago responsable de su posible castigo.