3/02/2019, 22:25
Oh, claro que podía volar. Bastó un aleteo poderoso que inundó las plumas de tinta del pájaro y le permitió ascender. Otros tres aleteos más, y ya se encontraba surcando los cielos como lo haría un águila. Para ser la primera vez que un lobo experimentaba aquello, fue una experiencia bastante única.
Desde allá arriba todo se veía pequeño. El Bosque de Hongos parecía un laberinto de pequeños puntos verdes que circunvalaban una extensión de tierra bastante imponente. Hacia el este, campos y campos de arrozales que se distinguían por los altos pastizales de trigo y que continuaba hacia las inexploradas tierras del Trueno.
El ave dio un giro hacia el Oeste. Dirigiéndose hacia lo que ellos dos llamaban hogar.
Supieron de inmediato que se habían adentrado al País de la Tormenta porque, bueno, empezó a llover. Las gotas de lluvia se hicieron cada vez más numerosas, lo que obligó al tori a descender y sobrevolar a una altura media.
Desde allá arriba todo se veía pequeño. El Bosque de Hongos parecía un laberinto de pequeños puntos verdes que circunvalaban una extensión de tierra bastante imponente. Hacia el este, campos y campos de arrozales que se distinguían por los altos pastizales de trigo y que continuaba hacia las inexploradas tierras del Trueno.
El ave dio un giro hacia el Oeste. Dirigiéndose hacia lo que ellos dos llamaban hogar.
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Supieron de inmediato que se habían adentrado al País de la Tormenta porque, bueno, empezó a llover. Las gotas de lluvia se hicieron cada vez más numerosas, lo que obligó al tori a descender y sobrevolar a una altura media.