3/02/2019, 22:48
Rōga se sentía como en la atracción de una feria, dejando que el viento más puro acariciara su rostro y jugueteara con sus cabellos mientras admiraba el paisaje encogido bajo su mirar. "¡GENIAL!" Sin duda la técnica del jounin era a su parecer, la mejor que había conocido en su vida. ¿Acaso podía volver real todo lo que estaba plasmado en sus tatuajes? Por un instante se fijó en todos los animales dibujados en el lienzo de piel, carraspeando al notar las siluetas de ciertos roedores con los que no podía lidiar muy bien.
El viaje fue mucho más rápido de esa forma, siendo que antes de que él pudiera darse cuenta, Amenokami les dio un beso de bienvenida a sus hijos en forma de gotas de agua. El ave perdió altura, aunque no así su forma pese a la sustancia de la que estaba hecha. "Ya casi estamos en casa." Se dijo a sí mismo con una mirada de melancolía. Pensar que sus días pudiesen haber acabado lejos de su tierra natal, pero aquello no ocurrió.
No sólo le debía aquella vista, aquel viaje. Le debía la vida a Kurozuchi. Claro, aún faltaba trayecto por delante y cosas por hacer, pero tras meditar mucho, finalmente se había animado a decir aquellas siete letras.
—Gracias— Sin previo avisó, soltó el bombazo. —Y no quiero que me digas que era tu trabajo, hmph— Aquellos ojos dorados resplandecían de nuevo.
El viaje fue mucho más rápido de esa forma, siendo que antes de que él pudiera darse cuenta, Amenokami les dio un beso de bienvenida a sus hijos en forma de gotas de agua. El ave perdió altura, aunque no así su forma pese a la sustancia de la que estaba hecha. "Ya casi estamos en casa." Se dijo a sí mismo con una mirada de melancolía. Pensar que sus días pudiesen haber acabado lejos de su tierra natal, pero aquello no ocurrió.
No sólo le debía aquella vista, aquel viaje. Le debía la vida a Kurozuchi. Claro, aún faltaba trayecto por delante y cosas por hacer, pero tras meditar mucho, finalmente se había animado a decir aquellas siete letras.
—Gracias— Sin previo avisó, soltó el bombazo. —Y no quiero que me digas que era tu trabajo, hmph— Aquellos ojos dorados resplandecían de nuevo.