5/02/2019, 21:34
—Uzumaki Eri —respondió—. es un enorme placer conocerte. Creo que nunca pudimos presentarnos formalmente —añadió, lacónico—. te conozco por tus grandes hazañas en el Examen de Chunin. Tu reputación te... precede.
—No suelen conocerme más allá gracias al color de mi pelo, así que escuchar eso de parte de otra persona es halagador. —Reconoció la kunoichi, cruzando sus manos por detrás de su espalda.
La verdad es que ver a Umikiba Kaido por aquellos lares era algo extraño, pues no siempre un amejin viajaba desde su propia villa hasta el Bosque de la Hoja por simple curiosidad, ¿o quería ver en persona el Lago de Shiona? Aunque, ante todo aquello, ya no veía su bandana en la frente como cuando lo conoció de vista en el Examen de Chuunin.
—¿Como es que Umikiba Kaido está navegando por aquí? Pensaba que Amegakure estaba en el País de la Tormenta, y con todo el revuelo entre las villas no sé si será adecuado, Kaido-kun —preguntó la kunoichi, y ante la sugerencia del final, no sonó a reproche ni a advertencia, solo empleó un tono de curiosidad latente sobre la razón de por qué el chico que se asemejaba notablemente a un pez estaba allí delante.
También tenía otras preguntas, pero debía reservárselas, no era el momento.
—No suelen conocerme más allá gracias al color de mi pelo, así que escuchar eso de parte de otra persona es halagador. —Reconoció la kunoichi, cruzando sus manos por detrás de su espalda.
La verdad es que ver a Umikiba Kaido por aquellos lares era algo extraño, pues no siempre un amejin viajaba desde su propia villa hasta el Bosque de la Hoja por simple curiosidad, ¿o quería ver en persona el Lago de Shiona? Aunque, ante todo aquello, ya no veía su bandana en la frente como cuando lo conoció de vista en el Examen de Chuunin.
—¿Como es que Umikiba Kaido está navegando por aquí? Pensaba que Amegakure estaba en el País de la Tormenta, y con todo el revuelo entre las villas no sé si será adecuado, Kaido-kun —preguntó la kunoichi, y ante la sugerencia del final, no sonó a reproche ni a advertencia, solo empleó un tono de curiosidad latente sobre la razón de por qué el chico que se asemejaba notablemente a un pez estaba allí delante.
También tenía otras preguntas, pero debía reservárselas, no era el momento.