9/02/2019, 12:11
(Última modificación: 9/02/2019, 12:12 por Aotsuki Ayame.)
Ayame tuvo que separarse de Daruu para poder abrir el portal, y fue en ese momento cuando sintió sus brazos rodéandola por la espalda.
—Ahora que vuelves a estar aquí, quiero pasar más tiempo contigo. Aprovecharlo al cien por cien. —le susurró, posando un suave beso en su cuello que despertó un extraño cosquilleo en el estómago de la muchacha. Ella se estremeció involuntariamente, con las mejillas tan encendidas como las luces de neón de Amegakure. Las llaves temblaron en sus manos, y por poco cayeron al suelo, pero Ayame consiguió al fin abrir la puerta—. ¿Qué te parece si hacemos un pequeño viaje? Para... estar solos. Tranquilos. Antes de que Kori-sensei saque el látigo de las misiones a pasear de nuevo.
«S... ¿Solos...?» Se repitió para sus adentros. Aunque no era la primera vez que ambos se quedaban a solas, sí sería la primera vez que se quedarán a solas de forma tan íntima, sin nadie de su familia ni conocidos alrededor. En cualquier otra ocasión habría aceptado de buena gana al instante, pero en aquellos instantes, en los que se estaba dando cuenta que aquel muchacho estaba despertando sentimientos que nunca antes había tenido...
La asustaba terriblemente.
—¿Qué me dices?
—¿Q... qué tienes en mente? — respondió ella con un hilo de voz, mientras sostenía la puerta para que Daruu pasara.
—Ahora que vuelves a estar aquí, quiero pasar más tiempo contigo. Aprovecharlo al cien por cien. —le susurró, posando un suave beso en su cuello que despertó un extraño cosquilleo en el estómago de la muchacha. Ella se estremeció involuntariamente, con las mejillas tan encendidas como las luces de neón de Amegakure. Las llaves temblaron en sus manos, y por poco cayeron al suelo, pero Ayame consiguió al fin abrir la puerta—. ¿Qué te parece si hacemos un pequeño viaje? Para... estar solos. Tranquilos. Antes de que Kori-sensei saque el látigo de las misiones a pasear de nuevo.
«S... ¿Solos...?» Se repitió para sus adentros. Aunque no era la primera vez que ambos se quedaban a solas, sí sería la primera vez que se quedarán a solas de forma tan íntima, sin nadie de su familia ni conocidos alrededor. En cualquier otra ocasión habría aceptado de buena gana al instante, pero en aquellos instantes, en los que se estaba dando cuenta que aquel muchacho estaba despertando sentimientos que nunca antes había tenido...
La asustaba terriblemente.
—¿Qué me dices?
—¿Q... qué tienes en mente? — respondió ella con un hilo de voz, mientras sostenía la puerta para que Daruu pasara.