11/02/2019, 17:54
—Pero esta mujer... ¡Esas bromas no tienen ninguna jodida gracia! —exclamó, antes de lanzar un profundo y sonado suspiro—. Es igual, todo ha acabado ya. Ahora Ayame debe descansar, ¡pero ni se te ocurra tomártelo como unas vacaciones! En cuanto te sientas capaz, volverás con los entrenamientos.
—Lo sé.
Daruu arrugó el morro, consciente del peligro. Zetsuo quería poner a entrenar a su hija cuanto antes. Estaba seguro de que ella misma quería hacerlo, pero... acababan de sugerir marcharse unos días de vacaciones, precisamente. Algo le decía que Ayame iba a tener complicado el que su padre le dejase marchar.
Se dio la vuelta y comenzó a marcharse. Pero la voz de Zetsuo volvió a detenerle en seco, dando un bote de la impresión.
—¡Amedama! —le llamó—. No es necesario que seas tan cuidadoso. No voy a leerte la mente si no tengo motivos para hacerlo. ¿O es que los tengo? —Añadió, entrecerrando peligrosamente los párpados.
Daruu siguió caminando, y se despidió levantando la mano.
—He estado encerrado en casa una semana y pico, Zetsuo —dijo—. No he podido hacer nada más que leer un par de libros. No tienes nada de qué preocuparte —mintió. Abrió las puertas del ascensor—. ¡Hasta luego, tened un buen día!
Sin embargo, cuando el elevador ya descendía, formuló un sello de una mano tocándose la frente. Y selló con una barrera todo lo relacionado con su conocimiento sobre el estado de Kokuo.
—Lo sé.
Daruu arrugó el morro, consciente del peligro. Zetsuo quería poner a entrenar a su hija cuanto antes. Estaba seguro de que ella misma quería hacerlo, pero... acababan de sugerir marcharse unos días de vacaciones, precisamente. Algo le decía que Ayame iba a tener complicado el que su padre le dejase marchar.
Se dio la vuelta y comenzó a marcharse. Pero la voz de Zetsuo volvió a detenerle en seco, dando un bote de la impresión.
—¡Amedama! —le llamó—. No es necesario que seas tan cuidadoso. No voy a leerte la mente si no tengo motivos para hacerlo. ¿O es que los tengo? —Añadió, entrecerrando peligrosamente los párpados.
Daruu siguió caminando, y se despidió levantando la mano.
—He estado encerrado en casa una semana y pico, Zetsuo —dijo—. No he podido hacer nada más que leer un par de libros. No tienes nada de qué preocuparte —mintió. Abrió las puertas del ascensor—. ¡Hasta luego, tened un buen día!
Sin embargo, cuando el elevador ya descendía, formuló un sello de una mano tocándose la frente. Y selló con una barrera todo lo relacionado con su conocimiento sobre el estado de Kokuo.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)