13/02/2019, 01:58
Los pasos del jabalí les llevaron a través de varios giros extraños y cruces por áreas de poca visibilidad. Pero finalmente les condujo a un claro donde las hierbas y flores crecían de forma exuberante: los instintos de Ranko había resultado correctos. Kazuma se mantuvo tras ella durante todo el trayecto, inclusive hasta despues de llegar al sitio.
—Este olor es raro, como el de la tienda de la señora —señalo, curioseando con su olfato aquel aire sobrecargado.
En cierto punto se hizo consciente de que la kunoichi le estaba hablando, pero no le estaba escuchando realmente; sus ojos se habían fijado en aquel arbusto cuyas hojas encajaban a la perfección con la descripción que le habían dado. Para él solo quedaba la cuestión de acercarse y tomarlas, allí tan abundante y accesibles.
—¿C-cree Kazuma-san que cochinito-san se asuste si nos acercamos? ¿Y si se come toda la planta?
—¿Qué quién qué cosa? —pregunto, encontrándose ya al junto al arbusto, con la bolsa abierta y seleccionando cuales serían las hojas que tomaría.
—Este olor es raro, como el de la tienda de la señora —señalo, curioseando con su olfato aquel aire sobrecargado.
En cierto punto se hizo consciente de que la kunoichi le estaba hablando, pero no le estaba escuchando realmente; sus ojos se habían fijado en aquel arbusto cuyas hojas encajaban a la perfección con la descripción que le habían dado. Para él solo quedaba la cuestión de acercarse y tomarlas, allí tan abundante y accesibles.
—¿C-cree Kazuma-san que cochinito-san se asuste si nos acercamos? ¿Y si se come toda la planta?
—¿Qué quién qué cosa? —pregunto, encontrándose ya al junto al arbusto, con la bolsa abierta y seleccionando cuales serían las hojas que tomaría.