13/02/2019, 23:54
(Última modificación: 13/02/2019, 23:55 por Amedama Daruu.)
La gente hace crónicas sobre batallas épicas, sobre conflictos, sobre dramas. Pero no suele hacerlas de días cotidianos. Aquél era un día cotidiano. Del tipo de días que más le gustaban a Amedama Daruu, aunque últimamente no podía darse el lujo de tenerlos muy a menudo.
El chico caminaba por la calle, tranquilo, sonriente. La capa impermeable negra, que le protegía de la lluvia, se movía aquí y allá cuando cruzaba el puente de uno de los innumerables canales que atravesaban Amegakure. Mantenía su cabeza cubierta por la amplia capucha de la prenda, pues pretendía estar un rato largo bajo la tormenta esta vez. No parecía importarle, sin embargo, que el trozo de pizza del que disfrutaba con tanta alegría se mojase un poco.
La pizza no iba a tener la suerte de estar tanto tiempo bajo la lluvia.
El chico caminaba por la calle, tranquilo, sonriente. La capa impermeable negra, que le protegía de la lluvia, se movía aquí y allá cuando cruzaba el puente de uno de los innumerables canales que atravesaban Amegakure. Mantenía su cabeza cubierta por la amplia capucha de la prenda, pues pretendía estar un rato largo bajo la tormenta esta vez. No parecía importarle, sin embargo, que el trozo de pizza del que disfrutaba con tanta alegría se mojase un poco.
La pizza no iba a tener la suerte de estar tanto tiempo bajo la lluvia.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)