17/02/2019, 17:05
—Em, ¿sí? Pensaba que todos sabíamos que hace esto para salvar a una de los vuestros —replicó Nabi—. Y el pobre se estaba dejando la piel mientras Amegakure no hacía más que joder la marrana. Ha hecho falta que necesitaseis algo gordo de Uzushiogakure para que entraseis en razón.
Ayame lanzó un largo y tendido suspiró y dejó vagar la mirada por el cielo mientras se cruzaba de brazos.
—Lo de Aiko-san era un asunto entre ella y Arashikage-sama, no es algo en lo que cualquiera de nosotros pudiera meter las narices —respondió, entre hastiada y cansada—. Supongo que entenderás que nos debemos a las órdenes de nuestros superiores, y que no debemos cuestionarlas, ¿no? Es lo primero en lo que nos educan cuando nos dan estas bandanas. Y... más que entrar en razón, Aiko-san se convirtió en una moneda de cambio para salvarme a mí —añadió, torciendo el gesto con disgusto. Seguía sin agradarle un pelo que se hubiese cedido una kunoichi inmortal a otra aldea sólo por ella, como si no fuera más importante que un cromo de coleccionista; sin embargo, después de haberle dado varias vueltas al tema, Ayame había llegado a la conclusión de que era mejor eso a que siguiera prisionera en el fondo del lago. Tan sólo esperaba que ese hecho no les pegara un revés algún día—. Pero no entiendo adónde quieres llegar con esto, Nabi-san. Primero me preguntas sobre mi relación con Eri-chan, luego me sueltas que los Amejines somos muy desconcertantes, después el tema de Aiko-san...
Ayame lanzó un largo y tendido suspiró y dejó vagar la mirada por el cielo mientras se cruzaba de brazos.
—Lo de Aiko-san era un asunto entre ella y Arashikage-sama, no es algo en lo que cualquiera de nosotros pudiera meter las narices —respondió, entre hastiada y cansada—. Supongo que entenderás que nos debemos a las órdenes de nuestros superiores, y que no debemos cuestionarlas, ¿no? Es lo primero en lo que nos educan cuando nos dan estas bandanas. Y... más que entrar en razón, Aiko-san se convirtió en una moneda de cambio para salvarme a mí —añadió, torciendo el gesto con disgusto. Seguía sin agradarle un pelo que se hubiese cedido una kunoichi inmortal a otra aldea sólo por ella, como si no fuera más importante que un cromo de coleccionista; sin embargo, después de haberle dado varias vueltas al tema, Ayame había llegado a la conclusión de que era mejor eso a que siguiera prisionera en el fondo del lago. Tan sólo esperaba que ese hecho no les pegara un revés algún día—. Pero no entiendo adónde quieres llegar con esto, Nabi-san. Primero me preguntas sobre mi relación con Eri-chan, luego me sueltas que los Amejines somos muy desconcertantes, después el tema de Aiko-san...