24/02/2019, 17:59
Los genin se salieron con la suya —por el momento— y terminaron a la huida de la casi decena de simios chillones y de manos largas. Los malditos adictos a la taidonka no llegaban a alcanzarlos en velocidad, pero poco a poco iban consiguiendo cercarlos, cual corceles en mitad de un establo. Etsu miró por un instante hacia atrás, tenía que buscar la manera de dejarlos atrás. Pero estaba jugando en el campo visitante, ellos eran los dueños de la cancha, y conocían a la perfección el sitio.
¿Cómo hacerlo entonces?
Por un instante, la voz del abuelo golpeó su cabeza. —El mejor ninja es aquél que usa a su favor todo lo que tiene a mano, no el que más sufre para ganar de manera limpia. —La bombilla se iluminó en su cabeza, una idea había surgido en tan estrépita e improvisada huida.
Juntó ambas manos. Carnero, serpiente y tigre. Con esa rápida sucesión de sellos manuales, un par de chicos mas se unió a la trifulca.
—¡Bunshin no jutsu!
Los nuevos fichajes, lejos de emprender la huida al igual que Etsu y Akane, quedaron en el mismo hongo donde aparecieron, se dieron la vuelta y encararon a los primates mostrando una actitud agresiva. No dudaron en mostrar sus garras y dientes, así como una mirada de ceño fruncido que amenazaba con intención de atacar.
Fuesen o no demasiada distracción, el dúo de Inuzukas tornarían hacia el este, de donde percibían ese insinuante aroma a taidonka. Cruzaron una decenas de metros mas, saltando de hongo en hongo. Tuvieron hasta que tomar un poco de altura. Pero una vez lo hicieron, allí vieron un ejemplar tan vigoroso y saludable como el primero. Pero un nuevo peligro acechaba, un par de primates mas que andaban buscando quizás lo mismo que los shinobis. Ni se lo pensó Etsu. Con todas sus fuerzas, saltó directo y sin titubeos hacia la planta con un grito gutural en pos de asustar a los monos.
—¡¡GROAAAAAAAWWWWHH!!
Akane también anotó la diferencia, haciendo como que se abalanzaba sobre ellos. Ésto le daba al de orbes verdes unos escasos segundos extra, lo justo y necesario para tomar la flor y salir de nuevo corriendo. Obviamente, Akane solo amagaría la acción, tras dar tiempo a Etsu a tomar la planta, retornaría y huirían los dos.
¿Cómo hacerlo entonces?
Por un instante, la voz del abuelo golpeó su cabeza. —El mejor ninja es aquél que usa a su favor todo lo que tiene a mano, no el que más sufre para ganar de manera limpia. —La bombilla se iluminó en su cabeza, una idea había surgido en tan estrépita e improvisada huida.
Juntó ambas manos. Carnero, serpiente y tigre. Con esa rápida sucesión de sellos manuales, un par de chicos mas se unió a la trifulca.
—¡Bunshin no jutsu!
Los nuevos fichajes, lejos de emprender la huida al igual que Etsu y Akane, quedaron en el mismo hongo donde aparecieron, se dieron la vuelta y encararon a los primates mostrando una actitud agresiva. No dudaron en mostrar sus garras y dientes, así como una mirada de ceño fruncido que amenazaba con intención de atacar.
Fuesen o no demasiada distracción, el dúo de Inuzukas tornarían hacia el este, de donde percibían ese insinuante aroma a taidonka. Cruzaron una decenas de metros mas, saltando de hongo en hongo. Tuvieron hasta que tomar un poco de altura. Pero una vez lo hicieron, allí vieron un ejemplar tan vigoroso y saludable como el primero. Pero un nuevo peligro acechaba, un par de primates mas que andaban buscando quizás lo mismo que los shinobis. Ni se lo pensó Etsu. Con todas sus fuerzas, saltó directo y sin titubeos hacia la planta con un grito gutural en pos de asustar a los monos.
—¡¡GROAAAAAAAWWWWHH!!
Akane también anotó la diferencia, haciendo como que se abalanzaba sobre ellos. Ésto le daba al de orbes verdes unos escasos segundos extra, lo justo y necesario para tomar la flor y salir de nuevo corriendo. Obviamente, Akane solo amagaría la acción, tras dar tiempo a Etsu a tomar la planta, retornaría y huirían los dos.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~