26/02/2019, 20:25
— Así que vamos a comer, carne a poder ser.
— Tus deseos son ordenes, Eri-hime.
No se lo dije con ninguna intención, sencillamente me dejé llevar por su bella apariencia de princesa. Seguimos caminando entre puestos del festival, pero todos eran de cosas dulces o pulpo. ¡Pulpo! Joder, yo quería carne. Carne de algún animal de verdad. Un león, un tigre, un rinoceronte, y en caso de que estos se ausenten, me conformo con un pollo o una vaca. Aunque la carne de dragón debería legalizarse ya.
Seguí caminando sin saber muy bien si sacarle algún tema a Eri, ¿había algún tema que no nos llevase a acabar discutiendo sin más? Empecé a buscar entre miles y miles de archivos mentales en busca de El Tema. Sin embargo, mi boca, en ausencia de mis dos neuronas, decidió improvisar.
— Eres preciosa, Eri, digo, estás preciosa, el vestidito y tal. Tú me entiendes. Que también eres preciosa, pero hoy se acentúa porque vas muy elegante. Que no es que no vayas elegante de normal, me gusta como vas diariamente, cualquier cosa te sienta bien. ¡Pero! Me refería a hoy, porque hoy es hoy, y te lo estoy diciendo ahora. Pues eso.
La primera neurona había activado la alarma y todo se había puesto patas arriba, hasta que la segunda apagó la alarma e inició el protocolo "Callate ya, gilipollas". Protocolo inaugurado recientemente por motivos de autocontrol y protección civil.
— Tus deseos son ordenes, Eri-hime.
No se lo dije con ninguna intención, sencillamente me dejé llevar por su bella apariencia de princesa. Seguimos caminando entre puestos del festival, pero todos eran de cosas dulces o pulpo. ¡Pulpo! Joder, yo quería carne. Carne de algún animal de verdad. Un león, un tigre, un rinoceronte, y en caso de que estos se ausenten, me conformo con un pollo o una vaca. Aunque la carne de dragón debería legalizarse ya.
Seguí caminando sin saber muy bien si sacarle algún tema a Eri, ¿había algún tema que no nos llevase a acabar discutiendo sin más? Empecé a buscar entre miles y miles de archivos mentales en busca de El Tema. Sin embargo, mi boca, en ausencia de mis dos neuronas, decidió improvisar.
— Eres preciosa, Eri, digo, estás preciosa, el vestidito y tal. Tú me entiendes. Que también eres preciosa, pero hoy se acentúa porque vas muy elegante. Que no es que no vayas elegante de normal, me gusta como vas diariamente, cualquier cosa te sienta bien. ¡Pero! Me refería a hoy, porque hoy es hoy, y te lo estoy diciendo ahora. Pues eso.
La primera neurona había activado la alarma y todo se había puesto patas arriba, hasta que la segunda apagó la alarma e inició el protocolo "Callate ya, gilipollas". Protocolo inaugurado recientemente por motivos de autocontrol y protección civil.
—Nabi—