3/03/2019, 14:47
«Por Shiona-sama, qué vergüenza...»
Se esperó que Nabi la contestase de alguna manera, ya sea para decirle que él correspondía sus sentimientos o bien los aceptaba pero no los podía corresponder, aún así esperó, sin moverse, quieta, incapaz de pensar por la intensidad de sus latidos, hasta que él recortó la distancia entre ambos, haciendo que sus rostros se tocasen y ambos terminaran besándose de la forma más tierna posible.
Eri se fundió en aquel momento, incapaz de pensar gracias a las nubes que se formaban en su cabeza. Sus ojos se habían cerrado en cuestión de segundos, y simplemente alcanzó a sujetarse a la ropa del chico para impedir que se separase de ella.
Poco a poco fue moviendo torpemente sus labios, intentando profundizar el contacto, no sabiendo por qué lo hacía y sin embargo, encontrándose deseosa de hacerlo, porque no sabía cómo explicar aquello que sentía en su estómago, que le hacía cosquillas desde dentro, por eso decidió hacerlo a través de aquel pequeño e inexperto acto.
Se esperó que Nabi la contestase de alguna manera, ya sea para decirle que él correspondía sus sentimientos o bien los aceptaba pero no los podía corresponder, aún así esperó, sin moverse, quieta, incapaz de pensar por la intensidad de sus latidos, hasta que él recortó la distancia entre ambos, haciendo que sus rostros se tocasen y ambos terminaran besándose de la forma más tierna posible.
Eri se fundió en aquel momento, incapaz de pensar gracias a las nubes que se formaban en su cabeza. Sus ojos se habían cerrado en cuestión de segundos, y simplemente alcanzó a sujetarse a la ropa del chico para impedir que se separase de ella.
Poco a poco fue moviendo torpemente sus labios, intentando profundizar el contacto, no sabiendo por qué lo hacía y sin embargo, encontrándose deseosa de hacerlo, porque no sabía cómo explicar aquello que sentía en su estómago, que le hacía cosquillas desde dentro, por eso decidió hacerlo a través de aquel pequeño e inexperto acto.