4/03/2019, 02:23
El chico saltó al siguiente sombrero «¡bien, ya tenemos las plantas éstas, ahora a por las siguientes!», saltó de nuevo, logrando aterrizar en un hongo un poco mas pequeño. Tras éste, saltó al siguiente, y así continuaba su carrera a toda velocidad por el bosque. A su vera, el can no se separaba de Etsu, aún con la apariencia del rastas.
—¡Vamos, ya queda poco!
La suerte parecía sonreír al dúo. Al menos por el momento. Sin embargo no era hora de bajar la guardia, tenían aún parte de la misión por ejecutar, y aún no sabían si el resto del equipo había podido realizar la otra parte de la misma. Fuese como fuese, lo primordial era la velocidad.
«¿Otras vez...?» volteó la mirada, buscando la procedencia de ese aroma tan poco sutil a tocino «¿qué diantres será? ¿algún cazador o paisano del lugar...?»
Aunque no debía hacerlo, el pobre chico era como un gato en ese sentido, y no podía evitarlo. La curiosidad mató al gato, y quizás a Etsu lo llagase a hacer en algún momento, pues de curiosidad no escaseaba. Desvió su rumbo, esperaba que levemente. Los hongos ya casi eran inexistentes, ahora solo quedaban árboles normales a su alrededor. Pero eso no detuvo el avance de los Inuzukas, eran ágiles y diestros en esa tarea; avanzar a toda velocidad de árbol en árbol.
¿Qué encontrarían?
—¡Vamos, ya queda poco!
La suerte parecía sonreír al dúo. Al menos por el momento. Sin embargo no era hora de bajar la guardia, tenían aún parte de la misión por ejecutar, y aún no sabían si el resto del equipo había podido realizar la otra parte de la misma. Fuese como fuese, lo primordial era la velocidad.
«¿Otras vez...?» volteó la mirada, buscando la procedencia de ese aroma tan poco sutil a tocino «¿qué diantres será? ¿algún cazador o paisano del lugar...?»
Aunque no debía hacerlo, el pobre chico era como un gato en ese sentido, y no podía evitarlo. La curiosidad mató al gato, y quizás a Etsu lo llagase a hacer en algún momento, pues de curiosidad no escaseaba. Desvió su rumbo, esperaba que levemente. Los hongos ya casi eran inexistentes, ahora solo quedaban árboles normales a su alrededor. Pero eso no detuvo el avance de los Inuzukas, eran ágiles y diestros en esa tarea; avanzar a toda velocidad de árbol en árbol.
¿Qué encontrarían?
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~