22/10/2015, 17:30
Escuchó atentamente al de cabellos blancos y sonrió, pobrecito, debió haber sido duro tener que aprenderse todos esos datos para satisfacer la búsqueda de conocimiento de sus clientes. Entonces pensó que lo mejor sería dejar de hacer preguntas y de disfrutar el viaje, que pasaba con calma, como a ella le gustaba. Sus pies ya comenzaban a dejar de doler y eso se sentía genial por esos momentos, así que cerró los ojos y disfrutó de la pequeña brisa que creaban los abanicos del carruaje.
Escuchó como el corcel paraba, así que el coche donde ella iba se detuvo también, con lógica. Se escuchó agua moviéndose en la cercanía y asoció eso con la parada del animal. Pero lo que también podía escucharse era un alegre piar y cantar de unos pájaros cercanos. Eri decidió abrir los ojos para observar a las aves en su entonación, pero justo al abrirlos, el caballo pegó un bufido que hizo a todos los pájaros de colores volar. Escuchó carcajadas de su cochero, hasta que un pájaro impactó contra la cabeza del Ishimura, haciendo a su sombrero caer y el ave quedándose en su cabeza. La chica reprimió una carcajada, y gracias a ello se puso roja completamente, hasta que soltó una pequeña risa detrás de su mano, intentando que Kazuma no la escuchase. Cuando el loro retomó el vuelo, dejó atrás varias plumas en la cabeza del de ojos plateados, así, la huérfana se acercó mientras escuchaba dónde irían después de ello.
-¿Espacio de los cometas? - No tenía ni idea de qué era eso, por ello frunció el ceño y esperó a que Kazuma se lo explicase. Decidió quitarle las plumas antes de que siguiese pareciendo un plumero, acercando su mano y apartando suavemente las piezas que el loro había dejado olvidadas allí, habiendo un total de cuatro. Luego antes de que Kazuma pudiese reprocharle nada, se sentó en su asiento correspondiente y empezó a jugar con las pequeñas plumitas rojas, azules y amarillas. -¿Es un lugar lleno de niños volando tela?
Escuchó como el corcel paraba, así que el coche donde ella iba se detuvo también, con lógica. Se escuchó agua moviéndose en la cercanía y asoció eso con la parada del animal. Pero lo que también podía escucharse era un alegre piar y cantar de unos pájaros cercanos. Eri decidió abrir los ojos para observar a las aves en su entonación, pero justo al abrirlos, el caballo pegó un bufido que hizo a todos los pájaros de colores volar. Escuchó carcajadas de su cochero, hasta que un pájaro impactó contra la cabeza del Ishimura, haciendo a su sombrero caer y el ave quedándose en su cabeza. La chica reprimió una carcajada, y gracias a ello se puso roja completamente, hasta que soltó una pequeña risa detrás de su mano, intentando que Kazuma no la escuchase. Cuando el loro retomó el vuelo, dejó atrás varias plumas en la cabeza del de ojos plateados, así, la huérfana se acercó mientras escuchaba dónde irían después de ello.
-¿Espacio de los cometas? - No tenía ni idea de qué era eso, por ello frunció el ceño y esperó a que Kazuma se lo explicase. Decidió quitarle las plumas antes de que siguiese pareciendo un plumero, acercando su mano y apartando suavemente las piezas que el loro había dejado olvidadas allí, habiendo un total de cuatro. Luego antes de que Kazuma pudiese reprocharle nada, se sentó en su asiento correspondiente y empezó a jugar con las pequeñas plumitas rojas, azules y amarillas. -¿Es un lugar lleno de niños volando tela?