31/03/2019, 23:27
El hombre escuchó las palabras de Kazuma, pero no dijo nada. Agachó la cabeza, claramente frustrado. Aún no podía creer que un simple crío (un puto crío shinobi, pero un crío) le hubiese dado semejante paliza.
Kazuma, desde luego, no tenía ni idea de lo que hablaba. ¿Qué le pediría que acabase con su vida? Quizá eso ocurriera en las películas. Pero en la realidad, un hombre haría lo que fuese por conservarla. Aquellos con tanto honor como para preferir la muerte antes que arrodillarse, pues ahí estaban, sin cabeza en alguna zanja. Él pensaba sobrevivir.
Se quedó esperando a que el chico descargara su arma contra él. Aunque no lo supiera, él ya había perdido. La chica, ahora mismo estaría muy lejos...
... o eso pensaba él, hasta que escuchó el grito de una voz femenina.
— ¡No lo toques! — Era una mujer. Debía de estar en la mediana edad. Su pelo, rubio, caía en una cascada rizada por su espalda. Era baja. Llevaba otra capucha negra, y una pequeña máscara que tapaba su cara y su nariz. Sus ojos eran verdes, y se clavaban en Kazuma, con odio —. ¡Te juro que cómo lo toques te arrepentirás!
Kazuma podría ver algo. A su lado, estaba Sora, inconsciente.
El hombre no había actuado solo.
— ¿Qué diablos haces? ¡Tenias que haber huido con la chica mientras yo lo distraía!
— ¡No! ¡No te dejaré atrás! — repuso la mujer. Luego, clavo la vista en Kazuma—. Alejate de él, o la chica pagará.
Kazuma, desde luego, no tenía ni idea de lo que hablaba. ¿Qué le pediría que acabase con su vida? Quizá eso ocurriera en las películas. Pero en la realidad, un hombre haría lo que fuese por conservarla. Aquellos con tanto honor como para preferir la muerte antes que arrodillarse, pues ahí estaban, sin cabeza en alguna zanja. Él pensaba sobrevivir.
Se quedó esperando a que el chico descargara su arma contra él. Aunque no lo supiera, él ya había perdido. La chica, ahora mismo estaría muy lejos...
... o eso pensaba él, hasta que escuchó el grito de una voz femenina.
— ¡No lo toques! — Era una mujer. Debía de estar en la mediana edad. Su pelo, rubio, caía en una cascada rizada por su espalda. Era baja. Llevaba otra capucha negra, y una pequeña máscara que tapaba su cara y su nariz. Sus ojos eran verdes, y se clavaban en Kazuma, con odio —. ¡Te juro que cómo lo toques te arrepentirás!
Kazuma podría ver algo. A su lado, estaba Sora, inconsciente.
El hombre no había actuado solo.
— ¿Qué diablos haces? ¡Tenias que haber huido con la chica mientras yo lo distraía!
— ¡No! ¡No te dejaré atrás! — repuso la mujer. Luego, clavo la vista en Kazuma—. Alejate de él, o la chica pagará.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60