31/03/2019, 23:36
Juro sonrió al escuchar las palabras de Daruu. Si, al parecer, bebían Ame-Cola. Se preguntó si Uzushiogakure también tendría alguna clase de bebida así.
« Quizá tengamos algo así en Kusagakure y no me haya enterado » — Desde luego, no que el supiera.
También habló de otras bebidas, como la hidromiel pluvial. Supuso que todo aquello eran nombres bastante ingeniosos que se le ocurrían a los vendedores. Trató de pensar en alguno que hubiera en su aldea. Bueno, en algunas tabernas vendían Cerveza Arborea . Literalmente era cerveza servida sobre un cuenco hecho de cortezas de puro árbol. Tenía un sabor algo amarga, y a Juro nunca le había terminado de gustar.
Suspiró. El alcohol, en general, no era lo suyo.
—¡Sí!. De hecho, si no me hubiera dedicado a ser ninja, probablemente habría sido mi segunda opción. Mi madre tiene una cafetería en Amegakure. Aprendí de ella, aunque ella sobretodo lo que sabe hacer son pasteles.
— ¡Qué interesante! ¿Es muy conocida por Amegakure? — preguntó Juro, encantado —. Siempre he admirado la cocina, la verdad, pero si te soy sincero, nunca me ha llamado. Mi hermana me enseñó lo básico para sobrevivir. Ella tampoco le tiene mucho amor, la verdad. Supongo que por eso comemos siempre comida instantánea o cosas congeladas.
Daruu se sumergió para preparar la comida. Por su parte, Juro (aún un poco azorado) no se atrevió a inmiscuirse en su creación, ni a quedarse por ahí en medio. Sabiendo que estaba a salvo y que ahí no había nadie más que ellos dos, pudo por fin relajarse un poco.
Se sentó en el sofá de Daruu, tranquilamente. Pudo relajar sus cansados músculos. Incluso soltó un pequeño suspiro de alivio. El chico saldría poco después.
—¿Y qué tal todo por Kusagakure, tío?
— La verdad es que las cosas han sido un poco... locas, ultimamente. Con todo lo que está sucediendo — admitió Juro —. Pero... ¡No me puedo quejar! Siempre estoy de un lado para otro. Que si estas labores, que si esta misión. Incluso tengo un alumno al que estoy entrenando.
» Cuando no estoy de servicio, suelo estar ayudando a mi familia. Mi hermana, Katsue, regenta una tienda de armas ahí mismo, y suele tener bastante clientela — admitió el chico —. Como puedes ver, lo de las armas me viene de familia. Está en nuestra sangre.
« Quizá tengamos algo así en Kusagakure y no me haya enterado » — Desde luego, no que el supiera.
También habló de otras bebidas, como la hidromiel pluvial. Supuso que todo aquello eran nombres bastante ingeniosos que se le ocurrían a los vendedores. Trató de pensar en alguno que hubiera en su aldea. Bueno, en algunas tabernas vendían Cerveza Arborea . Literalmente era cerveza servida sobre un cuenco hecho de cortezas de puro árbol. Tenía un sabor algo amarga, y a Juro nunca le había terminado de gustar.
Suspiró. El alcohol, en general, no era lo suyo.
—¡Sí!. De hecho, si no me hubiera dedicado a ser ninja, probablemente habría sido mi segunda opción. Mi madre tiene una cafetería en Amegakure. Aprendí de ella, aunque ella sobretodo lo que sabe hacer son pasteles.
— ¡Qué interesante! ¿Es muy conocida por Amegakure? — preguntó Juro, encantado —. Siempre he admirado la cocina, la verdad, pero si te soy sincero, nunca me ha llamado. Mi hermana me enseñó lo básico para sobrevivir. Ella tampoco le tiene mucho amor, la verdad. Supongo que por eso comemos siempre comida instantánea o cosas congeladas.
Daruu se sumergió para preparar la comida. Por su parte, Juro (aún un poco azorado) no se atrevió a inmiscuirse en su creación, ni a quedarse por ahí en medio. Sabiendo que estaba a salvo y que ahí no había nadie más que ellos dos, pudo por fin relajarse un poco.
Se sentó en el sofá de Daruu, tranquilamente. Pudo relajar sus cansados músculos. Incluso soltó un pequeño suspiro de alivio. El chico saldría poco después.
—¿Y qué tal todo por Kusagakure, tío?
— La verdad es que las cosas han sido un poco... locas, ultimamente. Con todo lo que está sucediendo — admitió Juro —. Pero... ¡No me puedo quejar! Siempre estoy de un lado para otro. Que si estas labores, que si esta misión. Incluso tengo un alumno al que estoy entrenando.
» Cuando no estoy de servicio, suelo estar ayudando a mi familia. Mi hermana, Katsue, regenta una tienda de armas ahí mismo, y suele tener bastante clientela — admitió el chico —. Como puedes ver, lo de las armas me viene de familia. Está en nuestra sangre.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60