1/04/2019, 03:47
El joven de cabellos blancos se despidió con su particular amalgama de ánimo y serenidad, permitiendo entrever el agradecimiento hacia su sensei.
Tres días después, el cartero dejaría un paquete en la casa de Juro. En la carta anexada decía lo siguiente:
La caja era de un cartón blanco y suave, con unas solapas algo elaboradas, muy típicas en la repostería. Solo era cuestión de agitarla un poco para sentir el suave y dulce aroma de la naranja. En su interior se resguardaba un panque de buen peso y tamaño, color naranja tostado, de textura esponjosa. La presentación era un poco rustica, como una rueda irregular con algunas salpicaduras del cremoso relleno de vainilla, pero estaba cálido y fresco como una mañana de verano. Era seguro que no tuviera más de algunas horas, por lo que tendría que habérselo empezado a hornear antes del amanecer y entregado al cartero cuando todavía era una masa demasiado caliente para comerla… En fin, que no era algo que venderían en una pastelería; pero tenía el encanto de lo casero y el dulce gusto de un buen pastel de agradecimiento.
Tres días después, el cartero dejaría un paquete en la casa de Juro. En la carta anexada decía lo siguiente:
De: Hanamura Kazuma
Para: Eikyu Juro
Saludos, Juro-sensei.
Quería informarle que, de alguna manera, todo resulto bien. Aunque nada fue como lo esperaba, aunque de las situaciones que me había planteado ninguna se desarrolló, aunque mis planes tan extensivamente meditados no pudieron ponerse en práctica… Al final solo pude contar con mi serenidad y mi determinación; pero también es cierto que no lo hubiese logrado sin la ayuda que me prestaron usted y Katsue-san.
Esperare a que volvamos a encontrarnos para relatarle en detalle lo sucedido, mientras le dejo algo que, aunque sea poco como compensación, espero disfrute… También he enviado uno a la tienda de Katsue-san. Espero les guste a ambos los dulces caseros.
Para: Eikyu Juro
Saludos, Juro-sensei.
Quería informarle que, de alguna manera, todo resulto bien. Aunque nada fue como lo esperaba, aunque de las situaciones que me había planteado ninguna se desarrolló, aunque mis planes tan extensivamente meditados no pudieron ponerse en práctica… Al final solo pude contar con mi serenidad y mi determinación; pero también es cierto que no lo hubiese logrado sin la ayuda que me prestaron usted y Katsue-san.
Esperare a que volvamos a encontrarnos para relatarle en detalle lo sucedido, mientras le dejo algo que, aunque sea poco como compensación, espero disfrute… También he enviado uno a la tienda de Katsue-san. Espero les guste a ambos los dulces caseros.
La caja era de un cartón blanco y suave, con unas solapas algo elaboradas, muy típicas en la repostería. Solo era cuestión de agitarla un poco para sentir el suave y dulce aroma de la naranja. En su interior se resguardaba un panque de buen peso y tamaño, color naranja tostado, de textura esponjosa. La presentación era un poco rustica, como una rueda irregular con algunas salpicaduras del cremoso relleno de vainilla, pero estaba cálido y fresco como una mañana de verano. Era seguro que no tuviera más de algunas horas, por lo que tendría que habérselo empezado a hornear antes del amanecer y entregado al cartero cuando todavía era una masa demasiado caliente para comerla… En fin, que no era algo que venderían en una pastelería; pero tenía el encanto de lo casero y el dulce gusto de un buen pastel de agradecimiento.