Palomas blancas

[Uchiha Datsue]

La respuesta llegó fuerte y contundente, en forma de negativa por parte de los dos. Tenía que habérselo imaginado, claro. ¿Cómo iban a decirle nada a la Alianza? ¿Siquiera a su propio Kage? Datsue tenía una versión más oscura incluso que Ayame de lo que pasaría. Datsue creía que, directamente, Yui ensartaría a ambos con su katana por el pecho.

Y, entonces, ocurrió algo. Algo que jamás en la vida se esperaría, no de ellos. Le pidieron que callara. Le pidieron que no dijese nada.

—Estáis de broma, ¿verdad? —preguntó él, incrédulo—. ¿Me estáis pidiendo que me calle ante algo tan gordo, tan gigantesco, que va en contra de toda norma ninja, y que no advierta a Yui de que alguien se está saltando a la torera su reglamento más estricto?

Estalló en carcajadas. Es que no podía ni creerse que le hiciesen semejante petición. Justamente a él. Con todo lo que ellos sabían…

—¿Estamos locos? ¡Pues claro que NO voy a decir una mierda! ¡Antes me corto los huevos, oídme bien, que ayudar a Yui! —Cuando decía Yui, quería decir esa vieja zorra de mierda. Pero ahora había una Alianza, y no quería meterse en problemas y más discusiones—. Por los Dioses, ¡si esto es maravilloso, joder! ¡Haber empezado por ahí! ¡Ahora sí veo esto! ¡AHORA SI LO VEO! —exclamó, lleno de júbilo y sonriendo de oreja a oreja—. Pero usar lo de la estatua para pedirme el favor a cambio me dolió, Ayame, que lo sepas —dijo con cara afligida. En realidad no le dolió una mierda. Estaba demasiado contento para sentir nada más que eso—. Y esto me hace un poco de gracia, Daruu. Todavía recuerdo que me intentaste convencer hace no mucho de que Yui era en realidad una mujer comprensiva, con la que se podía hablar… O eso de que hacer cosas a las espaldas de la Alianza solo traía consecuencias nefastas.

Sonrió, para luego hacer un ademán, como quitándole importancia. Todos cometíamos fallos, Datsue el primero.

—Ya era hora, joder. Ya era hora de que alguien se saliese de su jodido camino. No, no, no. En la vida perjudicaría a alguien que hace frente a esa… A esa… —Tuvo que morderse la lengua para no llamarla por su nombre de verdad—. Al fin, joder, al fin. Pero joder, tenéis que tener más cuidado a partir de ahora, ¿eh? Sabéis lo que le hizo a Aiko por muchichichísimo menos. —Eso, en especial, iba para Ayame, que por sus palabras la veía demasiado optimista respecto a la reacción de su Kage—. Si Yui os descubriese…

Si Yui los descubría estaban muertos. Punto.