12/04/2019, 16:28
(Última modificación: 19/04/2019, 17:01 por Uchiha Akame. Editado 1 vez en total.)
Akame apretó los dientes. Apenas iniciaba su ascenso de los infiernos, y aquella herida todavía estaba demasiado reciente. Si sería capaz de dejar atrás todo aquello y seguir adelante, todavía estaba por ver; lo que pretendía llevar a cabo en el Club de la Trucha esa noche era el primer paso. Una necesaria purificación. Pero, en ese momento, no estaba preparado para acometer otros dilemas, no todavía.
—No sólo me creen muerto. Creen que ellos me mataron —puntualizó el Uchiha, con cara de pocos amigos—. ¿Lo entiendes, Kaido? Fui traicionado por aquellos por los que sacrifiqué todo. Por eso... Por eso tengo que seguir viviendo. Esos hijos de puta no se salieron con la suya y tarde o temprano, lo van a entender.
El exjōnin realizó un aspaviento con ambos brazos. Estaba visiblemente alterado.
—Pero Ayame... ¡Ayame! ¡Esa entrometida! Si las Tres Grandes vuelven a ser aliadas tal y como aseguras, entonces pronto Uzu sabrá de mi situación —aseguró, molesto—. Hasta ahora, sólo había dos personas que sabían que Uchiha Akame estaba vivo... Datsue no es ninguna de ellas.
Lanzó una mirada muy seria a Kaido. Una mirada que no podía interpretarse como una amenaza directa, sino más bien como una evaluación. La clase de mirada que una bestia herida pero muy peligrosa le lanzaría al aventurero que se adentra en su guarida.
—Y es mejor que siga siendo así.
Luego volvió a dar unas cuantas vueltas nerviosas. Quería meterse más omoide, quería alcohol —whisky o sake—, y por encima de todo, quería liberarse de aquellas cadenas. Pero primero había algo que aclarar.
—¿Así que es verdad? Umikiba Kaido, el Tiburón de Amegakure, traicionando a los suyos... ¿Y por qué? ¿Qué cojones te ofreció Dragón Rojo para que decidieras escupir en la cara a Amekoro Yui?
—No sólo me creen muerto. Creen que ellos me mataron —puntualizó el Uchiha, con cara de pocos amigos—. ¿Lo entiendes, Kaido? Fui traicionado por aquellos por los que sacrifiqué todo. Por eso... Por eso tengo que seguir viviendo. Esos hijos de puta no se salieron con la suya y tarde o temprano, lo van a entender.
El exjōnin realizó un aspaviento con ambos brazos. Estaba visiblemente alterado.
—Pero Ayame... ¡Ayame! ¡Esa entrometida! Si las Tres Grandes vuelven a ser aliadas tal y como aseguras, entonces pronto Uzu sabrá de mi situación —aseguró, molesto—. Hasta ahora, sólo había dos personas que sabían que Uchiha Akame estaba vivo... Datsue no es ninguna de ellas.
Lanzó una mirada muy seria a Kaido. Una mirada que no podía interpretarse como una amenaza directa, sino más bien como una evaluación. La clase de mirada que una bestia herida pero muy peligrosa le lanzaría al aventurero que se adentra en su guarida.
—Y es mejor que siga siendo así.
Luego volvió a dar unas cuantas vueltas nerviosas. Quería meterse más omoide, quería alcohol —whisky o sake—, y por encima de todo, quería liberarse de aquellas cadenas. Pero primero había algo que aclarar.
—¿Así que es verdad? Umikiba Kaido, el Tiburón de Amegakure, traicionando a los suyos... ¿Y por qué? ¿Qué cojones te ofreció Dragón Rojo para que decidieras escupir en la cara a Amekoro Yui?