—Tienes razón — Admitió el genin, que había bajado la cabeza, un poco apenado por no estar a la altura de lo sucedido —No podemos permitir que esta gente merodeé por los alrededores de nuestra aldea —
El genin levantó la mirada para encontrarse con la de su compañero. Pero algo ahora era diferente, esta no representaba al mismo genin dubitativo que había conocido Yota en el minuto cero, ahora demostraba mucha más seriedad y confianza.
Tomó con fuerza la mano que este le ofrecía e ignorando el dolor que le provocaban las heridas, jaló y con la ayuda se puso de pié. Era verdad, era momento de terminar aquello.
Ahora su mirada estaba dirigida al enemigo restante. Con fuerza frunció el ceño mientras, lentamente se acercaba caminando hacia él.
¿De verdad tenía que matarlo? ¿Esto era la vida de los ninjas? ¿Tenía él la capacidad de decidir quién vivía y quién no? Quizá no, pero era la única manera de que no se cobraran más vidas.
—¡Cómo ninja de Kusagakure debo velar por la seguridad de todos y tú eres un peligro para ella! — Le advirtió
Geki separó las piernas e hizo el sello del tigre. Dio un suspiro y al inspirar, sus cachetes se comenzaron a llenar de liquido como si fueran dos globos de agua.
—Suiton, Teppōdama — Sentenció
Mientras una una bola de un metro de diámetro salía disparada a toda velocidad desde su boca al objetivo.
El genin levantó la mirada para encontrarse con la de su compañero. Pero algo ahora era diferente, esta no representaba al mismo genin dubitativo que había conocido Yota en el minuto cero, ahora demostraba mucha más seriedad y confianza.
Tomó con fuerza la mano que este le ofrecía e ignorando el dolor que le provocaban las heridas, jaló y con la ayuda se puso de pié. Era verdad, era momento de terminar aquello.
Ahora su mirada estaba dirigida al enemigo restante. Con fuerza frunció el ceño mientras, lentamente se acercaba caminando hacia él.
¿De verdad tenía que matarlo? ¿Esto era la vida de los ninjas? ¿Tenía él la capacidad de decidir quién vivía y quién no? Quizá no, pero era la única manera de que no se cobraran más vidas.
—¡Cómo ninja de Kusagakure debo velar por la seguridad de todos y tú eres un peligro para ella! — Le advirtió
Geki separó las piernas e hizo el sello del tigre. Dio un suspiro y al inspirar, sus cachetes se comenzaron a llenar de liquido como si fueran dos globos de agua.
—Suiton, Teppōdama — Sentenció
Mientras una una bola de un metro de diámetro salía disparada a toda velocidad desde su boca al objetivo.