31/10/2015, 20:49
No terminaba de decidirse la joven peliblanca ¿Irse o no irse? Esa era la cuestión que no iba a tener tiempo para resolver. De repente la muchacha que se peinaba tranquilamente, se sobresalto ¿La había visto? No era posible, o al menos eso creía. ¿La habría sentido de alguna otra manera? Demasiadas preguntas y ninguna respuesta.
Mitsuki en un acto reflejo colocó su cuerpo ligeramente caído hacia atrás, mano derecha apoyada en su cadera y extendida en dirección a la rubia, brazo izquierdo extendido y piernas ligeramente flexionadas. Aunque no sabía muy bien que estaba pasando, el sobresalto de la extraña le hizo intuir un posible ataque. Sin embargo, no podía estar más equivocada. El arruyo de una paloma rompió el tenso silencio para responder a la pregunta de la sobresaltada kunoichi que había dejado caer su peine al suelo. Tras aquel instante de sorpresa, pareció que la chica se relajaba.
Al parecer no la había detectado, al menos no a ella, y tras comprobar que tan sólo era un pájaro pareció relajarse. Mitsuki hizo lo propio, no pudo evitar dejar escapar un suspiro. Era una chica entrenada sin duda, pero nunca se había visto en situaciones reales de posible combate... era muy buena pero en la teoría.
Más relajada y recuperando su postura normal, la joven decidió que lo mejor sería retirarse. No se veía capacitada aún para tomar riesgos tan a la ligera, sobre todo después de aquel susto pero, cuando se disponía a retirarse ya era demasiado tarde.
Esta vez la rubia la había localizado, no había ninguna duda pues tras recoger su peine se había revuelto resueltanmente contra la peliblanca. Se notaba que tenía bastante más experiencia que la kusabiariana, su gesto no era de miedo si amenazante. Sus ojos rápidamente localizaron la procedencia de Mitsuki y adoptando una postura claramente de combate, le lanzó un par de preguntas que sonaron más bien a amenaza.
La Akikara na por su parte, también había localizado una hitae ate en su potencial adversaria... pero a diferencia de su contria, no era capaz de identificar la procedencia con claridad, al menos no podía recordar el nombre de la villa de la que parecía proceder. Al menos sabía que era una kunoichi, lo único malo es que no sabía como eran las relaciones políticas y no políticas entre Uzushio y la villa de la que procedía la otra chica.
El tiempo se le echaba encima y debía responder, no sabía muy bien que hacer así que decidió seguir su instinto y dejó hablar a su corazón, la sinceridad siempre le había funcionado.
—Solo me había acercado a visitar estás ruinas— dijo mientras alzaba ambas manos al aire con las palmas extendidas para demostrar que no era una amenaza —Te encontré por casualidad y no sabía si eras una bandida, así que pensaba marcharme sin que me vieras... pero esa paloma me sobresaltó y no tuve tiempo de marcharme— respondió con total y absolua sinceridad, si aquello no la sacaba del apuro....
Mitsuki en un acto reflejo colocó su cuerpo ligeramente caído hacia atrás, mano derecha apoyada en su cadera y extendida en dirección a la rubia, brazo izquierdo extendido y piernas ligeramente flexionadas. Aunque no sabía muy bien que estaba pasando, el sobresalto de la extraña le hizo intuir un posible ataque. Sin embargo, no podía estar más equivocada. El arruyo de una paloma rompió el tenso silencio para responder a la pregunta de la sobresaltada kunoichi que había dejado caer su peine al suelo. Tras aquel instante de sorpresa, pareció que la chica se relajaba.
Al parecer no la había detectado, al menos no a ella, y tras comprobar que tan sólo era un pájaro pareció relajarse. Mitsuki hizo lo propio, no pudo evitar dejar escapar un suspiro. Era una chica entrenada sin duda, pero nunca se había visto en situaciones reales de posible combate... era muy buena pero en la teoría.
Más relajada y recuperando su postura normal, la joven decidió que lo mejor sería retirarse. No se veía capacitada aún para tomar riesgos tan a la ligera, sobre todo después de aquel susto pero, cuando se disponía a retirarse ya era demasiado tarde.
Esta vez la rubia la había localizado, no había ninguna duda pues tras recoger su peine se había revuelto resueltanmente contra la peliblanca. Se notaba que tenía bastante más experiencia que la kusabiariana, su gesto no era de miedo si amenazante. Sus ojos rápidamente localizaron la procedencia de Mitsuki y adoptando una postura claramente de combate, le lanzó un par de preguntas que sonaron más bien a amenaza.
La Akikara na por su parte, también había localizado una hitae ate en su potencial adversaria... pero a diferencia de su contria, no era capaz de identificar la procedencia con claridad, al menos no podía recordar el nombre de la villa de la que parecía proceder. Al menos sabía que era una kunoichi, lo único malo es que no sabía como eran las relaciones políticas y no políticas entre Uzushio y la villa de la que procedía la otra chica.
El tiempo se le echaba encima y debía responder, no sabía muy bien que hacer así que decidió seguir su instinto y dejó hablar a su corazón, la sinceridad siempre le había funcionado.
—Solo me había acercado a visitar estás ruinas— dijo mientras alzaba ambas manos al aire con las palmas extendidas para demostrar que no era una amenaza —Te encontré por casualidad y no sabía si eras una bandida, así que pensaba marcharme sin que me vieras... pero esa paloma me sobresaltó y no tuve tiempo de marcharme— respondió con total y absolua sinceridad, si aquello no la sacaba del apuro....