27/04/2019, 00:44
(Última modificación: 27/04/2019, 00:50 por Uchiha Datsue. Editado 2 veces en total.)
Yo disfruto mucho de temas 100% sociales, pero estoy muy de acuerdo con Daruu. Tener una excusa de fondo para juntarse ayuda, y mucho. Es muy difícil que un PJ cree lazos fuertes con otro por simplemente charlar e intercambiar ideas en un bar una buena tarde. Se pueden caer bien, hasta gustar, pero, ¿qué nazca esa camaradería? ¿De forma natural y realista? Difícil. En cambio, si comparten una aventura, si luchan codo con codo, si arriesgan el pellejo juntos… Bueno, eso vuelve todo más fácil.
La relación de Datsue con Daruu, por ejemplo, como dijo él, no podría ser la que es si no hubiesen compartido el naufragio en una isla desierta. No digo que sea imposible sin algo de fondo como esto, pero, ¿qué salga natural? Eso es muy, muy jodido de hacer en una charla sin más. Lo mismo con Kaido y nuestra aventura en Isla Monotonía.
Y es eso, el MacGuffin no tiene por qué ser una gran epopeya en el que te juegas la vida contra cientos de piratas. Puede ser algo sencillo. Puede ser un concurso de música en el que tengas que participar con alguien. Y ya. Y a partir de ahí a tirar millas.
Ahora, para los que les guste las tramas 100% sociales, de quedar y charlar, como Etsu y Yota. Yo lo reconozco, a mí también me molan. Voy a compartir algo que a mí me ayuda para este tipo de tramas: tener un objetivo.
Una meta, algo que quieras sacar de esa trama. Puede ser algo importantísimo o una chorrada, pero eso te ayudará a arrancar y mantener una línea inicial.
Pongo ejemplos (sorry por poner muchos míos, pero son los primeros que me vienen a la cabeza xD). En el último año, mi meta era Aiko. Trama que abría con alguien, trama que intentaba avanzar en ese objetivo. Con Keisuke, por ejemplo, nos abrimos una trama en las termas, donde no había MacGuffin (a no ser que consideremos a Aiko el MacGuffin... Lo cual, ahora que lo pienso, tiene sentido xD) ni nada de fondo. Solo nosotros y nuestro objetivo de rescatar a Aiko, y de ahí la cosa fluye y sale natural. No hay atascos. No hay esos momentos en los que no sabes por dónde tirar. Yo el 99% lo improviso, pero lo improviso en base a una línea. Si vas 100% a improvisación sin nada en mente... Oh, boy. A mí particularmente eso me sale mal en la mayoría de los casos.
Dos años atrás, por ejemplo, tiraba mucho de intentar sacar pasta. Oye, pues voy a intentar estafar al PJ con el que roleo vendiéndole una crema falsa. O voy a hacer una entrevista con algo de salseo con este chico para venderla y forrarme. Chorradas así. Y puede ser algo puntual de ese tema y ya. Por ejemplo, acabo de abrir una trama con Reiji, y mi objetivo inicial es convencerle de que vuelva a ser un shinobi. 100% social, nada de fondo, pero es un tema que da para hablar y que es interesante —al menos para su PJ, como mínimo jaja—.
Y oye, no me malinterpretéis. Que ya veo vuestras espadas desenvainadas. No, este objetivo/meta/fin no es una línea recta que debes seguir y que si no consigues te das de bruces contra una pared de hierro. Tan solo es algo con lo que arrancar. Luego lo más probable es que surja algo imprevisto y todo cambie. Eso es lo maravilloso del rol. Que nunca sabes lo que va a pasar. Igual, en el último caso, Reiji me da un argumento de puta madre y me calla la boca en el primer turno. No se puede controlar lo que hará otro PJ… ¡Ni siquiera lo que hará el tuyo propio! Muchas veces abrí tema con una idea inicial y luego terminé haciendo lo contrario porque Datsue es como es y a él le importa una mierda lo que yo quiera o deje de querer xDD
Y así pasa con todos.
Con Daruu nos abrimos una trama (100% social) para darnos de leches y reconciliarnos. Salió bien. Pero pudo salir muy mal. Pudo salir como el Chunin, cuando me enfrenté a Ayame. Ahí mi idea inicial era tirarnos beef hasta desahogarnos del todo y tener un glorioso final en el que se da pie a la reconciliación. Exactamente igual como con Daruu. Y ya visteis cómo terminó xDD
Pero si no hubiese ido con esa idea en mente, si hubiese ido en plan: bah, voy a centrarme en el combate y ya. Pues igual no hubiese salido eso. Ni creo que fuese tan interesante. No digo que un combate de entrenamiento sin historia detrás estén mal, ojo, donde lo único que importa es el orgullo de tu PJ por alzarse con la victoria. Se disfrutan, y es divertido por las estrategias y demás. Pero sí creo que cuando el combate está al servicio de la historia, se disfruta mucho más.
Los combates que recuerdo con más cariño son de esta clase. De los míos podría mencionar el que tuve contra Ayame, Daruu, los dos contra Akame... Y de otros maravillosos como el combate de Akame y Daruu en la Saga de los Dojos, o el de Keisuke y Kaido en el Chunin. ¿Por qué estos? Porque al final, lo de menos de ellos era quien salía vencedor (bueno, salvo en el último mencionado por obvias razones jaja). Lo que importaba era la historia que los impulsaba, que los alimentaba. ¡Había un desarrollo de los personajes y de la relación que había entre ellos en el propio combate! Joder, si es que eso es maravilloso, tíos.
Y repito, sé que no siempre se puede ni se tiene por qué buscar algo así.
Y… Y creo que me estoy desviando un poco del tema inicial jaja Así que dejo mis reflexiones por aquí.
La relación de Datsue con Daruu, por ejemplo, como dijo él, no podría ser la que es si no hubiesen compartido el naufragio en una isla desierta. No digo que sea imposible sin algo de fondo como esto, pero, ¿qué salga natural? Eso es muy, muy jodido de hacer en una charla sin más. Lo mismo con Kaido y nuestra aventura en Isla Monotonía.
Y es eso, el MacGuffin no tiene por qué ser una gran epopeya en el que te juegas la vida contra cientos de piratas. Puede ser algo sencillo. Puede ser un concurso de música en el que tengas que participar con alguien. Y ya. Y a partir de ahí a tirar millas.
Ahora, para los que les guste las tramas 100% sociales, de quedar y charlar, como Etsu y Yota. Yo lo reconozco, a mí también me molan. Voy a compartir algo que a mí me ayuda para este tipo de tramas: tener un objetivo.
Una meta, algo que quieras sacar de esa trama. Puede ser algo importantísimo o una chorrada, pero eso te ayudará a arrancar y mantener una línea inicial.
Pongo ejemplos (sorry por poner muchos míos, pero son los primeros que me vienen a la cabeza xD). En el último año, mi meta era Aiko. Trama que abría con alguien, trama que intentaba avanzar en ese objetivo. Con Keisuke, por ejemplo, nos abrimos una trama en las termas, donde no había MacGuffin (a no ser que consideremos a Aiko el MacGuffin... Lo cual, ahora que lo pienso, tiene sentido xD) ni nada de fondo. Solo nosotros y nuestro objetivo de rescatar a Aiko, y de ahí la cosa fluye y sale natural. No hay atascos. No hay esos momentos en los que no sabes por dónde tirar. Yo el 99% lo improviso, pero lo improviso en base a una línea. Si vas 100% a improvisación sin nada en mente... Oh, boy. A mí particularmente eso me sale mal en la mayoría de los casos.
Dos años atrás, por ejemplo, tiraba mucho de intentar sacar pasta. Oye, pues voy a intentar estafar al PJ con el que roleo vendiéndole una crema falsa. O voy a hacer una entrevista con algo de salseo con este chico para venderla y forrarme. Chorradas así. Y puede ser algo puntual de ese tema y ya. Por ejemplo, acabo de abrir una trama con Reiji, y mi objetivo inicial es convencerle de que vuelva a ser un shinobi. 100% social, nada de fondo, pero es un tema que da para hablar y que es interesante —al menos para su PJ, como mínimo jaja—.
Y oye, no me malinterpretéis. Que ya veo vuestras espadas desenvainadas. No, este objetivo/meta/fin no es una línea recta que debes seguir y que si no consigues te das de bruces contra una pared de hierro. Tan solo es algo con lo que arrancar. Luego lo más probable es que surja algo imprevisto y todo cambie. Eso es lo maravilloso del rol. Que nunca sabes lo que va a pasar. Igual, en el último caso, Reiji me da un argumento de puta madre y me calla la boca en el primer turno. No se puede controlar lo que hará otro PJ… ¡Ni siquiera lo que hará el tuyo propio! Muchas veces abrí tema con una idea inicial y luego terminé haciendo lo contrario porque Datsue es como es y a él le importa una mierda lo que yo quiera o deje de querer xDD
Y así pasa con todos.
Con Daruu nos abrimos una trama (100% social) para darnos de leches y reconciliarnos. Salió bien. Pero pudo salir muy mal. Pudo salir como el Chunin, cuando me enfrenté a Ayame. Ahí mi idea inicial era tirarnos beef hasta desahogarnos del todo y tener un glorioso final en el que se da pie a la reconciliación. Exactamente igual como con Daruu. Y ya visteis cómo terminó xDD
Pero si no hubiese ido con esa idea en mente, si hubiese ido en plan: bah, voy a centrarme en el combate y ya. Pues igual no hubiese salido eso. Ni creo que fuese tan interesante. No digo que un combate de entrenamiento sin historia detrás estén mal, ojo, donde lo único que importa es el orgullo de tu PJ por alzarse con la victoria. Se disfrutan, y es divertido por las estrategias y demás. Pero sí creo que cuando el combate está al servicio de la historia, se disfruta mucho más.
Los combates que recuerdo con más cariño son de esta clase. De los míos podría mencionar el que tuve contra Ayame, Daruu, los dos contra Akame... Y de otros maravillosos como el combate de Akame y Daruu en la Saga de los Dojos, o el de Keisuke y Kaido en el Chunin. ¿Por qué estos? Porque al final, lo de menos de ellos era quien salía vencedor (bueno, salvo en el último mencionado por obvias razones jaja). Lo que importaba era la historia que los impulsaba, que los alimentaba. ¡Había un desarrollo de los personajes y de la relación que había entre ellos en el propio combate! Joder, si es que eso es maravilloso, tíos.
Y repito, sé que no siempre se puede ni se tiene por qué buscar algo así.
Y… Y creo que me estoy desviando un poco del tema inicial jaja Así que dejo mis reflexiones por aquí.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado