30/04/2019, 13:36
Estaba siendo un día en más en la oficina para todos aquellos que trabajaban a diario en aquel edificio que actuaba como centro neurálgico de Uzushiogakure. Gen te de arriba para abajo, en especial jounins y chunnins que iban realizando distintas tareas. Incluso en el espacio entre la puerta de entrada y el mostrador, la joven Aburame Mei llegó a cruzarse con 5 o 6 de esos. Como se suele decir, aquella mañana de verano estaba yendo viento en popa y a toda vela.
Pero toda lo que la gennin deseaba era una misión. Algo con lo que llenar sus bolsillos y de paso un poco más los de su aldea.
— Kiyomi-san, necesito que me consigas un chuunin y me lo mandes al despacho de Hanabi-sama cuanto antes
La melena pelirroja que se escondía tras los montones de papeles alzó su inocente y bella mirada y se cruzó con el nuevo interlocutor de aquella muchacha. Se trataba de Katsudon, la mano derecha de Uzumaki Hanabi, Rokudaime Uzukage del Remolino. Parecía que el hombre iba a dejar a la joven Uzumaki con la palabra en la boca pero...
— Espere, Katsudon-dono. Creo que Aburame Mei es lo que está buscando. Hágame caso, es habilidosa. Mire, échele una ojeada a su informe
La secretaria rebuscó entre los distintos cajones y estanterías de las que disponía aquella mesa de escritorio hasta encontrar lo que buscaba.
— Aquí está. Resulta que vino en busca de una misión, qué casualidad, ¿no cree?
— Eso parece, Kiyomi-san, eso parece... — dijo el hombre mientras echaba una ojeada rápida a aquel informe y con el otro ojo chequeaba a la joven que yacía al otro lado del mostrador — Puede que Kiyomi tenga razón, Acompañame, Mei-san, por favor
Tras aquellas simples palabras, devolvió el informe hasta Uzumaki Kiyomi, quien lo devolvió a su estantería y luego se dispuso a caminar de vuelta al despacho donde aguardaba Hanabi.
Pero toda lo que la gennin deseaba era una misión. Algo con lo que llenar sus bolsillos y de paso un poco más los de su aldea.
— Kiyomi-san, necesito que me consigas un chuunin y me lo mandes al despacho de Hanabi-sama cuanto antes
La melena pelirroja que se escondía tras los montones de papeles alzó su inocente y bella mirada y se cruzó con el nuevo interlocutor de aquella muchacha. Se trataba de Katsudon, la mano derecha de Uzumaki Hanabi, Rokudaime Uzukage del Remolino. Parecía que el hombre iba a dejar a la joven Uzumaki con la palabra en la boca pero...
— Espere, Katsudon-dono. Creo que Aburame Mei es lo que está buscando. Hágame caso, es habilidosa. Mire, échele una ojeada a su informe
La secretaria rebuscó entre los distintos cajones y estanterías de las que disponía aquella mesa de escritorio hasta encontrar lo que buscaba.
— Aquí está. Resulta que vino en busca de una misión, qué casualidad, ¿no cree?
— Eso parece, Kiyomi-san, eso parece... — dijo el hombre mientras echaba una ojeada rápida a aquel informe y con el otro ojo chequeaba a la joven que yacía al otro lado del mostrador — Puede que Kiyomi tenga razón, Acompañame, Mei-san, por favor
Tras aquellas simples palabras, devolvió el informe hasta Uzumaki Kiyomi, quien lo devolvió a su estantería y luego se dispuso a caminar de vuelta al despacho donde aguardaba Hanabi.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa