5/05/2019, 16:32
(Última modificación: 5/05/2019, 16:32 por Eikyuu Juro.)
Sora aún parecía dudar de las palabras de Juro, pero entonces, la intervención de Kazuma le llamó la atención lo suficiente como para evitar seguir preguntando.
—Puede que sea algo bueno, Sora-san. Tal vez su estadía sea la suficiente como para cultivar algunas flores.
— Tienes razón — murmuró la chica, incrédula—. Si compramos una casa, ¡Espero que tenga jardín!
— Es una buena idea — bromeó Juro.
Los tres siguieron hablando durante un rato, pero de cosas sin importancia. Sora les contó alguna de sus historias de viaje durante los diversos pueblos que formaban el País del Bosque (al parecer, era la zona por la que siempre vendían). Iban de un lado a otro, sí, pero nunca había tenido algo a lo que llamar hogar. La chica estaba incluso emocionada por tenerlo.
Al final, los comerciantes decidieron reemprender la marcha. Con suerte, llegarían antes de la noche al lugar marcado. Juro y Kazuma los despidieron, frente al carro.
Tanto el padre como la madre de Sora les hicieron una reverencia, para expresar su gratitud.
— Muchas gracias por la ayuda — dijo el padre.
— No hay de que. Cuidaros a partir de ahora — dijo Juro, y el tono que usó fue uno de seriedad —. Nadie sabe lo que hay por los caminos.
— Desde luego que lo haremos — contestó la madre.
Sora, por su lado, se acercó a Kazuma, y le dedicó una sonrisa.
— Supongo que es la hora de despedirse, ¿no?
—Puede que sea algo bueno, Sora-san. Tal vez su estadía sea la suficiente como para cultivar algunas flores.
— Tienes razón — murmuró la chica, incrédula—. Si compramos una casa, ¡Espero que tenga jardín!
— Es una buena idea — bromeó Juro.
Los tres siguieron hablando durante un rato, pero de cosas sin importancia. Sora les contó alguna de sus historias de viaje durante los diversos pueblos que formaban el País del Bosque (al parecer, era la zona por la que siempre vendían). Iban de un lado a otro, sí, pero nunca había tenido algo a lo que llamar hogar. La chica estaba incluso emocionada por tenerlo.
Al final, los comerciantes decidieron reemprender la marcha. Con suerte, llegarían antes de la noche al lugar marcado. Juro y Kazuma los despidieron, frente al carro.
Tanto el padre como la madre de Sora les hicieron una reverencia, para expresar su gratitud.
— Muchas gracias por la ayuda — dijo el padre.
— No hay de que. Cuidaros a partir de ahora — dijo Juro, y el tono que usó fue uno de seriedad —. Nadie sabe lo que hay por los caminos.
— Desde luego que lo haremos — contestó la madre.
Sora, por su lado, se acercó a Kazuma, y le dedicó una sonrisa.
— Supongo que es la hora de despedirse, ¿no?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60