4/11/2015, 01:37
El plan de la rubia había salido perfecto, la chica se estaba disculpando reiteradas veces con reverencias incluídas... Cosa que la hacía sentir de lo más incómoda principalmente por no estar acostumbrada a tanta formalidad pese a la casa en la que había sido criada. ~ Otra reverencia y la pateo... ~ Dijo para sus adentros mientras luchaba con aquella ceja que deseaba arquearse.
La jovensita en si no le había hecho nada, pero no le gustaba semejante formalidad ya que la hacía sentir vieja. Después de todo, lo de las reverencias por lo general se hacía con los mayores o los superiores y sabía muy bien que no era una superior en ningún aspecto. - Ya ya ya, no más reverencias. - Dijo un tanto fastidiada mientras tomaba con firmeza a la Hyūga de los hombros para asegurarse de que no volvería a 'caer' hacia delante.
Luego de unos instantes la soltó con cierta delicadeza pero manteniendo las manos muy cerca del cuerpo ajeno por si volvía a hacerlo. Al asegurarse de aquello, simplemente volvió a cruzar uno de sus brazos por delante de su propio cuerpo para tomar el codo del otro brazo y presionarse levemente el puente de la nariz con dos dedos de la mano libre. - ¿Te criaron como princesa o qué...? - Preguntó un tanto fastidiada, aunque no con la chica sino consigo misma por no ser capaz de dejar pasar ese tipo de cosas.
Luego de un rato tras el cual suspiró pesadamente, la kunoichi de Taki posó ambas manos sobre su cintura y miró con una ceja arqueada a Mitsuki que le había dicho algo de lo más extraño en el mundo shinobi que Noemi tenía en mente. - Ahora dices eso... ¿Seguirías pensando así si nos encontramos en plena batalla...? - Preguntó la rubia mientras esperaba la reacción que pudiese tener la joven de ojos blancos. No planeaba atacarla, pero tampoco le interesaba demasiado encariñarse con un ninja de otra aldea, justamente por el caso que le acababa de plantear.
La jovensita en si no le había hecho nada, pero no le gustaba semejante formalidad ya que la hacía sentir vieja. Después de todo, lo de las reverencias por lo general se hacía con los mayores o los superiores y sabía muy bien que no era una superior en ningún aspecto. - Ya ya ya, no más reverencias. - Dijo un tanto fastidiada mientras tomaba con firmeza a la Hyūga de los hombros para asegurarse de que no volvería a 'caer' hacia delante.
Luego de unos instantes la soltó con cierta delicadeza pero manteniendo las manos muy cerca del cuerpo ajeno por si volvía a hacerlo. Al asegurarse de aquello, simplemente volvió a cruzar uno de sus brazos por delante de su propio cuerpo para tomar el codo del otro brazo y presionarse levemente el puente de la nariz con dos dedos de la mano libre. - ¿Te criaron como princesa o qué...? - Preguntó un tanto fastidiada, aunque no con la chica sino consigo misma por no ser capaz de dejar pasar ese tipo de cosas.
Luego de un rato tras el cual suspiró pesadamente, la kunoichi de Taki posó ambas manos sobre su cintura y miró con una ceja arqueada a Mitsuki que le había dicho algo de lo más extraño en el mundo shinobi que Noemi tenía en mente. - Ahora dices eso... ¿Seguirías pensando así si nos encontramos en plena batalla...? - Preguntó la rubia mientras esperaba la reacción que pudiese tener la joven de ojos blancos. No planeaba atacarla, pero tampoco le interesaba demasiado encariñarse con un ninja de otra aldea, justamente por el caso que le acababa de plantear.