4/11/2015, 02:02
Las continuas disculpas de la joven parecían estar sacando un poco de quicio a la de Takigakure, puesto que agarró la peliblanca por ambos hombros y le hizo recuperar la verticalidad a la vez que le pedía no más reverencias.
—Lo siento, lo siento— fue a hacer el amago de volver a reverenciar pero consiguió reprimirlo —De verdad que lo siento, pero no puedo evitarlo— respondió bastante avergonzada, había sido educada de esa forma y le resultaba difícil salir de ese registro tan formal, al fin y al cabo el noventa por ciento de su vida se había reducido a actos formales.
Una vez la rubia creyó que el riesgo de una nueva reverencia era mínimo, se despegó de la Hyuga y la miró fijamente un tanto enfadada. Una vez más, Noemi, hizo una pregunta bastante certera. Aquella chica tenía una buena intuición o como minimo era muy buena leyendo el lenguaje corporal de los demás... o al menos eso es lo que pensaba la peliblanca que no se daba cuenta de que iba gritando con su comportamiento tan formal, que no era solo una persona educada.
—En cierta forma, no andas demasiado encaminada— comenzó la joven mientras devolvía su mano hasta su nuca —me he criado en un templo— indicó con tranquilidad la joven —desde que tengo recuerdos he estado allí...— dicho de aquella manera hasta parecía un poco tristre, o al menos eso le pareció mientras se escuchaba a si misma hablar. Por lo que trató de evitar el mal entendido —No digo que lo haya pasado mal, es solo que no estoy aconstumbrada a tratar con personas ajenas al templo— su intención era aclarar un poco el malentendido, pero casi que podía haber empeorado todo.
Tras la última apreciación de la Hyuga, la joven señaló que si el encuentró hubiese acabado en disputa quizás no estaría diciendo esas palabras. Mitsuki sonrió ampliamente antes de responder con calma
—No deberíamos preocuparnos por lo que pudo ser, es mucho más fructífero centrarnos en el presente ¿no crees?— contestó con cálidez, entornando levemente sus blanquecinos ojos
—Lo siento, lo siento— fue a hacer el amago de volver a reverenciar pero consiguió reprimirlo —De verdad que lo siento, pero no puedo evitarlo— respondió bastante avergonzada, había sido educada de esa forma y le resultaba difícil salir de ese registro tan formal, al fin y al cabo el noventa por ciento de su vida se había reducido a actos formales.
Una vez la rubia creyó que el riesgo de una nueva reverencia era mínimo, se despegó de la Hyuga y la miró fijamente un tanto enfadada. Una vez más, Noemi, hizo una pregunta bastante certera. Aquella chica tenía una buena intuición o como minimo era muy buena leyendo el lenguaje corporal de los demás... o al menos eso es lo que pensaba la peliblanca que no se daba cuenta de que iba gritando con su comportamiento tan formal, que no era solo una persona educada.
—En cierta forma, no andas demasiado encaminada— comenzó la joven mientras devolvía su mano hasta su nuca —me he criado en un templo— indicó con tranquilidad la joven —desde que tengo recuerdos he estado allí...— dicho de aquella manera hasta parecía un poco tristre, o al menos eso le pareció mientras se escuchaba a si misma hablar. Por lo que trató de evitar el mal entendido —No digo que lo haya pasado mal, es solo que no estoy aconstumbrada a tratar con personas ajenas al templo— su intención era aclarar un poco el malentendido, pero casi que podía haber empeorado todo.
Tras la última apreciación de la Hyuga, la joven señaló que si el encuentró hubiese acabado en disputa quizás no estaría diciendo esas palabras. Mitsuki sonrió ampliamente antes de responder con calma
—No deberíamos preocuparnos por lo que pudo ser, es mucho más fructífero centrarnos en el presente ¿no crees?— contestó con cálidez, entornando levemente sus blanquecinos ojos