La clásica sala familiar estaba como siempre, sencilla, humilde, con la televisión prendida. La única diferencia, es que Iroha tuvo que recibir el mensaje de que solicitaban a su hijo para algún asunto en el edificio de la Arashikage.
—¿Te has metido en algún problema del que yo deba saber?— La ex-kunoichi frunció el ceño.
—¡Claro que no!— Siempre que causaba alguna travesura, se encargaba de taparla bien.
—Pues andando, que te quieren ver en la recepción del edificio de la Arashikage. Debes preguntar por Shanise.
—¿Shanise?— No era la primera vez que escuchaba aquel nombre. "Si mal no me recuerdo, Daigo dijo que ella intentó asesinar a Datsue durante el incidente del examen el año pasado. Joder, no la conozco y ya me cae bien." Rió siniestro mientras tomaba todas sus cosas para dirigirse a la torre más grande de toda la aldea.
Llegaría entonces hasta el edificio con prontitud, dando pasos fuertes y cantando. No era la primera vez que pisaba aquel suelo de tal forma.
—I won't take no prisoners, won't spare no lives...— Su mirada se posó en el escritorio, observando a quién fuera el encargado de cubrir el turno ese día. —...Nobody's putting up a fight...— Caminaría hasta la persona y preguntaría con una sonrisa blanquecina y resplandeciente. —Me han convocado para un asunto en específico, y me dijeron que debía contactar con... Shanise-san— Se lo pensó un poco. No era propio de él utilizar honoríficos tradicionales, pero si ella era la que estuvo en representación de Amegakure en aquella ocasión, debía ser alguien importante —Ignoraba totalmente que se trataba de la mano derecha de la mismísima Yui—. "Se siente raro hablar así" Si por el fuera, le diría señorita y ya está.