24/05/2019, 01:42
Una sensación de alivio invadió al genin, mientras el otro iba bajando la guardia Geki sentía como iba liberándose de mochilas muy pesadas, su cuello que había estado tenso se aflojó y sus palpitaciones acompañaban el sosiego, que pronto volverían a la normalidad.
La primera etapa de la negociación al parecer estaba cumplida —O por lo menos lo suponía — El ladrón le había dado un mínimo de confianza al Senju y este tendría que saber aprovecharla al máximo para sacar partido.
—Mira, estamos detrás de tu banda, me parece qué ya lo sabes por los carteles de tu rostro por la villa. Pero yo creo que tú puedes ser mucho más útil dándonos una mano que en un calabozo o muerto. — Resumió, ahora estaba mucho más tranquilo pero era consiente de que el tiempo se les terminaba.
—Afuera está mi compañero también nos ayudará, es tú decisión —
Ahora que todo se había serenado un poco, se devolvió siguiendo el mismo camino por el que había entrado. En silencio, empujó suave la puerta, está se abrió lentamente produciendo un crujido pero se detuvo, dejando solo una rendija donde apenas una mano podría colarse.
Geki apoyó su cara cerca de la puerta e intentó observar hacia afuera, todo era normal o por lo menos lo parecía.
—¿Vienes? Yo me tengo que ir.
La primera etapa de la negociación al parecer estaba cumplida —O por lo menos lo suponía — El ladrón le había dado un mínimo de confianza al Senju y este tendría que saber aprovecharla al máximo para sacar partido.
—Mira, estamos detrás de tu banda, me parece qué ya lo sabes por los carteles de tu rostro por la villa. Pero yo creo que tú puedes ser mucho más útil dándonos una mano que en un calabozo o muerto. — Resumió, ahora estaba mucho más tranquilo pero era consiente de que el tiempo se les terminaba.
—Afuera está mi compañero también nos ayudará, es tú decisión —
Ahora que todo se había serenado un poco, se devolvió siguiendo el mismo camino por el que había entrado. En silencio, empujó suave la puerta, está se abrió lentamente produciendo un crujido pero se detuvo, dejando solo una rendija donde apenas una mano podría colarse.
Geki apoyó su cara cerca de la puerta e intentó observar hacia afuera, todo era normal o por lo menos lo parecía.
—¿Vienes? Yo me tengo que ir.