24/05/2019, 16:45
—S-si... podría... podría estar bien... —respondió Etsu, aunque no parecía muy convencido—. ¿Qué clase de clon es éste? No parece el clon de academia...
—Oh... —murmuró Ayame, al darse cuenta de que el de Kusagakure no conocía aquella técnica ni siquiera de vista. A cada segundo que pasaba, la kunoichi estaba más convencida de que aquel muchacho había estado viviendo en la inopia—. Es que no es un clon de la academia.
—Soy un Kage Bunshin —respondió la réplica, bajo la apariencia de aquel hombre adinerado y elegante—. Puede que sea un clon pero soy tan real como la original.
—Por eso puede sernos útil para recopilar información. Sabré todo de lo que se entere.
Fuera como fuese la reacción del Kusajin, este optó por transformarse también en un hombre de cabellos blancos repeinados hacia atrás y rostro tan arrugado como una pasa. Un sombrero de bombín complementaba sus vestiduras, impolutas y dignas de un noble como mínimo, de colores violáceos y detalles en dorado.
—Bien, entonces... ¿Vamos allá? —preguntó Ayame, antes de volverse hacia su réplica—. Tú ya sabes qué hacer.
Y sin más dilación, el clon de Ayame echó a caminar hacia la joyería de la izquierda.
—Oh... —murmuró Ayame, al darse cuenta de que el de Kusagakure no conocía aquella técnica ni siquiera de vista. A cada segundo que pasaba, la kunoichi estaba más convencida de que aquel muchacho había estado viviendo en la inopia—. Es que no es un clon de la academia.
—Soy un Kage Bunshin —respondió la réplica, bajo la apariencia de aquel hombre adinerado y elegante—. Puede que sea un clon pero soy tan real como la original.
—Por eso puede sernos útil para recopilar información. Sabré todo de lo que se entere.
Fuera como fuese la reacción del Kusajin, este optó por transformarse también en un hombre de cabellos blancos repeinados hacia atrás y rostro tan arrugado como una pasa. Un sombrero de bombín complementaba sus vestiduras, impolutas y dignas de un noble como mínimo, de colores violáceos y detalles en dorado.
—Bien, entonces... ¿Vamos allá? —preguntó Ayame, antes de volverse hacia su réplica—. Tú ya sabes qué hacer.
Y sin más dilación, el clon de Ayame echó a caminar hacia la joyería de la izquierda.