7/11/2015, 01:31
El albino continuaba con ese intenso debate sobre lo duro que era la lucha contra la demencia... pero hacía tiempo que todo había perdido algo de sentido. Al principio pensaba que Juro hablaba sobre el mismo albino, pero no, claramente ésta conversación no trataba sobre el chico de sangre Senju. Las últimas palabras del genin de Uzu denotaron una clara lejanía al pensamiento inicial.
—¿De quien se trata?— Preguntó audaz.
Entre tanto, un nuevo comensal se hizo con la mesa que escasos segundos antes había sido desalojada. La camarera había retirado la cuenta, y dejado medianamente bien la mesa para que éste recién llegado pudiese comer también. Blame observó al chico nuevo, simplemente con algo de curiosidad.
La primera impresión que tomó del nuevo comensal fue que se trataba de un viajero, y que posiblemente llevase bastante camino recorrido. Su pesar, y la forma en que dejó caer la mochila lo hacían bastante identificable. Quizás había recorrido un par de países antes de llegar hasta ésta aldea dejada de la mano de dios.
«Bueno... a ver si al menos él tiene suerte con la camarera...»
Sin embargo, su pensamiento fue bien distinto a la realidad. La mesera quedó junto a la barra, fumando con toda la parsimonia del mundo. Sabía que ese nuevo chico venía a comer, pero se le veía algo despreocupada por eso.
Ante toda ésta curiosa situación, el albino permaneció atento a lo que realmente le venía llamando la atención, el chico que tenía en frente y con el que intercambiaba opiniones. Ansiaba una respuesta a su pregunta.