26/05/2019, 14:35
(Última modificación: 26/05/2019, 14:38 por Hanamura Kazuma. Editado 2 veces en total.)
—Vaya, y yo que pensaba que mi alumno había pasado un rato agradable en el bosque —comentó, sin mostrarse muy sorprendido.
—Has trabajado muy bien, Kazuma-kun. Enhorabuena. Has sobrepasado mis expectativas con creces. No es fácil trabajar en peleas con rehenes, y además lo has hecho tú solo —dijo, mientras tomaba la tarjeta —. Así que "N", ¿eh? Ya veo. Buen trabajo recuperando esto.
—Gracias, sensei —respondió con una leve reverencia, agradecido por el reconocimiento de su desempeño—. Lo cierto es que no tenia deseos de luchar, quería resolver las cosas sin tener que usar la violencia… Pero parece que persuadir a la gente, incluso haciendo uso de una lógica innegable, es difícil… Aunque tampoco me gusta la intimidación…
Se mostraba un poco inquieto al respecto. Ver a la gente arrojarse contra una derrota o una perdida segura era una cosa, pero ser él contra quien se arrojasen y que quien representase tan indeseables desenlaces era otra cosa.
—Al final no tuve que quitarle la vida a nadie salió herido de gravedad ni perdió la vida, así que creo que ha resultado relativamente bien —opino, aunque aún se mostraba un poco decepcionado.
Escucho con atención las posibles acciones a tomar por su sensei, y sintió que le hablaba con el conocimiento de alguien que tiene claras sus acciones a tomar.
—Sensei, es usted muy fuerte, creo que si se tratara de civiles podría acabar con una banda de cien maleantes usted solo —halago, admirado por la fuerza de su superior—. Pero, ¿Qué haría usted en mi lugar? Si no quisieran rendirse, ¿Acabaría con la vida de un centenar de personas que son indefensas al compararlas con usted?
—Has trabajado muy bien, Kazuma-kun. Enhorabuena. Has sobrepasado mis expectativas con creces. No es fácil trabajar en peleas con rehenes, y además lo has hecho tú solo —dijo, mientras tomaba la tarjeta —. Así que "N", ¿eh? Ya veo. Buen trabajo recuperando esto.
—Gracias, sensei —respondió con una leve reverencia, agradecido por el reconocimiento de su desempeño—. Lo cierto es que no tenia deseos de luchar, quería resolver las cosas sin tener que usar la violencia… Pero parece que persuadir a la gente, incluso haciendo uso de una lógica innegable, es difícil… Aunque tampoco me gusta la intimidación…
Se mostraba un poco inquieto al respecto. Ver a la gente arrojarse contra una derrota o una perdida segura era una cosa, pero ser él contra quien se arrojasen y que quien representase tan indeseables desenlaces era otra cosa.
—Al final no tuve que quitarle la vida a nadie salió herido de gravedad ni perdió la vida, así que creo que ha resultado relativamente bien —opino, aunque aún se mostraba un poco decepcionado.
Escucho con atención las posibles acciones a tomar por su sensei, y sintió que le hablaba con el conocimiento de alguien que tiene claras sus acciones a tomar.
—Sensei, es usted muy fuerte, creo que si se tratara de civiles podría acabar con una banda de cien maleantes usted solo —halago, admirado por la fuerza de su superior—. Pero, ¿Qué haría usted en mi lugar? Si no quisieran rendirse, ¿Acabaría con la vida de un centenar de personas que son indefensas al compararlas con usted?