31/05/2019, 10:07
La noche pasó bastante tranquila. Ni ladrones, ni otros shinobis, ni nada sospecho. No al menos que yo me enterara, bien podia haber pasado algo en los turnos de Katsudon y podía haberlo solucionado el solito. Pero en mis turnos solo aparecieron un par de conejos.
—Eh, chico. Vamos. Es la hora.
Con un suave toquecito con sus grandes manos, Katsudon me avisó para levantarme. Debía ser la hora de marcharse, pero antes de eso, el hombreton se sentó a la hoguera y se saco de la mochila un desayuno acorde a su tamaño.
—Tengo más, pero supongo que tu dieta de entrenamiento especial no te lo permitirá.
¿Era cosa mía o a Katsudon le había dolido demasiado que rechazara su bocadillo? Por que aquello sonaba justamente a eso. Pero si yo ya iba andando mas lento, lo que me faltaba para perder el ritmo era meterme semejante bocadillo o semejante desayuno entre pecho y espalda.
Por suerte para mi, Sakura y su madre me habían preparado comida saludable para un par de días. Luego... Tendría que adaptarme.
»Escucha, Reiji. Al final ayer no te conté lo del País del Agua. Pero he estado pensando, y es mejor que lo sepas, definitivamente.
Definitivamente si. Por que si no, conociéndome, iba a meter la pata hasta el fondo del pantano. Y este, en concreto, era peligroso.
»Es una información muy delicada, y nos conviene que... nadie sepa que la sabemos. ¿Entiendes? Bien. Como todas las aldeas, tenemos espías y vigilantes repartidos por todo Oonindo. En el País del Agua hemos perdido el contacto con al menos la mitad. Y los pocos que quedan nos contactan más bien casi nunca. Las noticias que traen son siempre enigmáticas y muy maquilladas, pero por lo que parecen sugerir...
Un poco mas de información peligrosa para mi. No había tenido suficiente con las dosis de Akame el zombie traidor o lo de los tíos que lo "mataron" .
»Heishou Umigarasu, Daimyo del País del Agua, tiene contactos muy importantes en el crimen organizado del archipiélago. Los rumores cuentan que está apadrinando ninjas exiliados y agrupándolos en torno a él, como un pequeño ejército.
Vamos, un señor importante había sido engañado por el crimen organizado y estaba engañando a shinobis de otros países para que se unieran a él. ¿Que les ofrecería que fuera más jugoso que su lealtad? ¿Poder?¿Dinero?
»Es una situación complicada. Mejor que pasemos en ese país el menor tiempo posible. Llegar, coger el barco para el País del Hierro, y a la vuelta lo mismo para volver a las Islas del Té. Y mejor no hacer preguntas ni dar a entender que estamos husmeando por allí.
Si. Lo mejor era no darle vueltas, y como había dicho el día anterior Katsudon, era mejor esconder la bandana. Pasar rápido y los mas desapercibidos posibles.
—mmm... Entiendo que tenemos que llegar cuanto antes, pero a la vuelta, que nuestra misión ya estará cumplida... ¿No seria mas sensato dar un rodeo y evitar el país del agua?
—Eh, chico. Vamos. Es la hora.
Con un suave toquecito con sus grandes manos, Katsudon me avisó para levantarme. Debía ser la hora de marcharse, pero antes de eso, el hombreton se sentó a la hoguera y se saco de la mochila un desayuno acorde a su tamaño.
—Tengo más, pero supongo que tu dieta de entrenamiento especial no te lo permitirá.
¿Era cosa mía o a Katsudon le había dolido demasiado que rechazara su bocadillo? Por que aquello sonaba justamente a eso. Pero si yo ya iba andando mas lento, lo que me faltaba para perder el ritmo era meterme semejante bocadillo o semejante desayuno entre pecho y espalda.
Por suerte para mi, Sakura y su madre me habían preparado comida saludable para un par de días. Luego... Tendría que adaptarme.
»Escucha, Reiji. Al final ayer no te conté lo del País del Agua. Pero he estado pensando, y es mejor que lo sepas, definitivamente.
Definitivamente si. Por que si no, conociéndome, iba a meter la pata hasta el fondo del pantano. Y este, en concreto, era peligroso.
»Es una información muy delicada, y nos conviene que... nadie sepa que la sabemos. ¿Entiendes? Bien. Como todas las aldeas, tenemos espías y vigilantes repartidos por todo Oonindo. En el País del Agua hemos perdido el contacto con al menos la mitad. Y los pocos que quedan nos contactan más bien casi nunca. Las noticias que traen son siempre enigmáticas y muy maquilladas, pero por lo que parecen sugerir...
Un poco mas de información peligrosa para mi. No había tenido suficiente con las dosis de Akame el zombie traidor o lo de los tíos que lo "mataron" .
»Heishou Umigarasu, Daimyo del País del Agua, tiene contactos muy importantes en el crimen organizado del archipiélago. Los rumores cuentan que está apadrinando ninjas exiliados y agrupándolos en torno a él, como un pequeño ejército.
Vamos, un señor importante había sido engañado por el crimen organizado y estaba engañando a shinobis de otros países para que se unieran a él. ¿Que les ofrecería que fuera más jugoso que su lealtad? ¿Poder?¿Dinero?
»Es una situación complicada. Mejor que pasemos en ese país el menor tiempo posible. Llegar, coger el barco para el País del Hierro, y a la vuelta lo mismo para volver a las Islas del Té. Y mejor no hacer preguntas ni dar a entender que estamos husmeando por allí.
Si. Lo mejor era no darle vueltas, y como había dicho el día anterior Katsudon, era mejor esconder la bandana. Pasar rápido y los mas desapercibidos posibles.
—mmm... Entiendo que tenemos que llegar cuanto antes, pero a la vuelta, que nuestra misión ya estará cumplida... ¿No seria mas sensato dar un rodeo y evitar el país del agua?