4/06/2019, 11:33
— No hace falta que resoples, niña
Obviamente, Mei no había encajado bien las dudas de Toba y dicha muestra de decepción fue visible para todos los presentes.
—. Toba-san, soy Aburame Mei, la persona que se encargará de escoltarlo a su destino
La insistencia de la Aburame estaba empezando a hacer saltar la sorpresa en aquel anciano mientras el chuunin allí presente le lanzaba una nueva mirada como si estuviera diciéndole "¿Lo ves?" y luego la joven extendió un pergamino que rápidamente tomó el viejo para desplegarlo y leerlo. Abrió dos ojos como platos al ver que era la misión que él había encargado a la aldea.
—. Usted me dice cuando partimos.
— Está bien, puede que incluso Hanabi-dono haya perdido la cabeza... — resopló mientras acariciaba los podencos que seguían atados a su carruaje — Bien, sube, cuanto antes partamos, mejor. Será un viaje largo
Entre gemidos y una velocidad realmente moderada, el hombre hizo descender una escalerita que funcionaba con una especie de engranajes y subió hasta la zona en la que pasarían sentados los próximos días, tanto el propio Toba como Mei.
— Creo que esto es tuyo — dijo, devolviéndole el pergamino a la muchacha, ya sentado desde el banco del que disponía su carruaje
Obviamente, Mei no había encajado bien las dudas de Toba y dicha muestra de decepción fue visible para todos los presentes.
—. Toba-san, soy Aburame Mei, la persona que se encargará de escoltarlo a su destino
La insistencia de la Aburame estaba empezando a hacer saltar la sorpresa en aquel anciano mientras el chuunin allí presente le lanzaba una nueva mirada como si estuviera diciéndole "¿Lo ves?" y luego la joven extendió un pergamino que rápidamente tomó el viejo para desplegarlo y leerlo. Abrió dos ojos como platos al ver que era la misión que él había encargado a la aldea.
—. Usted me dice cuando partimos.
— Está bien, puede que incluso Hanabi-dono haya perdido la cabeza... — resopló mientras acariciaba los podencos que seguían atados a su carruaje — Bien, sube, cuanto antes partamos, mejor. Será un viaje largo
Entre gemidos y una velocidad realmente moderada, el hombre hizo descender una escalerita que funcionaba con una especie de engranajes y subió hasta la zona en la que pasarían sentados los próximos días, tanto el propio Toba como Mei.
— Creo que esto es tuyo — dijo, devolviéndole el pergamino a la muchacha, ya sentado desde el banco del que disponía su carruaje
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa