5/06/2019, 00:11
(Última modificación: 8/06/2019, 03:37 por Sagiso Ranko. Editado 2 veces en total.
Razón: error en código
)
>>Hueco de rol para nuevos<<
—Ahora que oficialmente has demostrado a Kusagakure que eres una ninja totalmente funcional, lo suficientemente hábil como para llevar a cabo misiones, me puedo permitir encargarte una.
Su madre la había llamado en secreto, cuando su padre estaba fuera por negocios, y su hermana estaba de compras. Sagisō Komachi le entregó con su único brazo, el izquierdo, un pergamino enrollado. Ranko, sorprendida, lo tomó con cierta timidez y lo desenrolló. El contenido era breve, pero fue suficiente para confundir a la chica.
—P-pero madre… —Alzó la vista hacia su progenitora —. Ésta es tu letra. Y ni siquiera está sellado por Morikage-sama.
Komachi tomó con su mano la pipa kiseru que había estado prensando fuertemente entre sus labios. Rió suavemente.
—Minucias. Detalles. No todos los deberes te serán entregados de manos oficiales, Ran-chan. Algunos pueden salirte al paso de la nada, y serás tú quien decida si te corresponde a ti o no cumplirlo. Quiero que estés preparada para todo, así que te doy esta misión, si decides aceptarla, a manera de entrenamiento. Considérala una misión super-extra-oficial y secreta.
Ranko bajó la mirada hacia el pergamino. Pasaron unos segundos antes de que la chica de la trenza asintiera, con una mirada firme en su rostro.
—¿Quién es Shunkashūtō?
Y hela allí, a la entrada de la Ciudad de los Herreros, acalorada y cansada, con una blusa verde, sin mangas, una mochila al hombro, y una misión en la cabeza.
“Es una espada.” le había contestado su madre, hacía ya días “La encargué en los Herreros hace un tiempo, y debían entregármela la semana pasada, pero no he recibido noticias del fabricante. Es una espada especial, por eso te la confío, Ran-chan. Búscala y tráela. Y no la desenvaines."
Ranko suspiró. Había mucha gente en es ciudad. Demasiada. Más que demasiada. La kunoichi apretó sus puños y dio un paso hacia adelante. Luego dudó. No dudó sobre buscar la espada o su voluntad de ir varios días al sureste de Ōnindō, sino de su habilidad para encontrar el arma.
"Siendo honesta… No me sorprendería que pasara más tiempo armándome de valor para preguntar que lo que llevo de viaje… Creo que debería de descansar primero."
Caía la tarde, y la decisión de buscar un lugar para comer y recuperar energías se forjó en su mente. Esperaba no quedarse demasiado allí. Le incomodaba el bullicio de las urbes, mas parecía que a ellas les encantaba incomodar a Ranko.
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