Un encargo en la gran ciudad

[Hanamura Kazuma]

—La verdad es que no sé a dónde quieres llegar con esto, Kazuma-kun. Mi deber es observarte y ayudarte, pero no limitarte a un ámbito u otro. Es cierto que hay gente con talento natural, sí, pero el esfuerzo y el entrenamiento es lo más importante.

—Solo pensaba, sensei —repuso con serenidad—: hay tanto caminos y formas que resulta abrumador, el no saber cuál es el más adecuado para llevarme a encontrar lo mejor de mí.

Le resultaba fascinante el que hubiese tantas formas de fuerza, pero le costaba imaginar cual sería la más apropiada para él. Sentía la necesidad de entender a fondo todas aquellas formas del poder y aprender a reconocerlas en cada quien, incluso antes de que se desarrollasen. Aunque también entendía la dificultad de aquel querer: el más sabio de los granjeros puede decirte a simple vista de que especie es cualquier semilla, y puede describirte con precisión que tanta luz, agua y tierra necesita. Incluso puede predecir con cierta exactitud de qué forma crecerá la planta según el ambiente y los cuidados; pero jamás podría llegar a predecir del todo que tan abundantes serán los frutos, ni que tan hermosas serán las flores.

—¿Cuál considera usted que es su fortaleza, sensei? —pregunto con cierta emoción contenida—. ¿Acaso son las marionetas? ¿Cómo encontró ese camino para sus habilidades?