17/06/2019, 21:52
Geki podía escuchar la música a lo lejos mientras se acercaba a la torre. Por cada paso que el shinobi daba, el sonido de la canción se iba intensificando.
*Parece que otra vez hay entrenamiento* Pensó hacia sus adentros. No iba a ser la primera vez que le ocurría esto, ya que desde hace un tiempo frecuentaba el sitio cada vez que podía y algunas veces se encontraba con gente que iba a entrenar, viajeros o simplemente lugareños que iban a visitar el paisaje y apreciar el silencio del lugar.
El Senju poco a poco se fue acercando a la edificación. El lugar por lo general tenía una elegancia muda que te dejaba hasta escuchar tus propios pensamientos, pero aquel cántico lo interrumpía todo.
—¡Hey! — Intentó llamar la atención del otro con un grito, pero no sabía si sería suficiente para sobrepasar el volumen de la guitarra — ¡Hey tú! — Repitió una vez más —¡Eso ahí arriba no es un escenario!.
Le había aclarado al otro, mientras se notaba un poco de molestia en las palabras del kusajin.
Y en realidad tenía razón, aquel lugar por algo se llamaba "Torre de Meditación" y no "Escenario Real". Cada quién le daba el uso que pensaba correcto pero el muchacho no creía que ese fuera el más oportuno.
—¡Hey! ¿Me estás escuchando? — Volvió a insistirle, en su deseo de qué el otro se detuviera.
El de pelo gris seguía con su tono irritado y seco. Pero en realidad ese ánimo escondía muchas más cosas que una molestia por un canto, esa música podía ahuyentar a los animales de los alrededores acostumbrados a un lugar silencioso, perjudicando en gran medida su búsqueda. Y teniendo tan poco tiempo para dedicarse a esto, era crucial que los días que podía visitar el sitio este estuviera tranquilo.
*Parece que otra vez hay entrenamiento* Pensó hacia sus adentros. No iba a ser la primera vez que le ocurría esto, ya que desde hace un tiempo frecuentaba el sitio cada vez que podía y algunas veces se encontraba con gente que iba a entrenar, viajeros o simplemente lugareños que iban a visitar el paisaje y apreciar el silencio del lugar.
El Senju poco a poco se fue acercando a la edificación. El lugar por lo general tenía una elegancia muda que te dejaba hasta escuchar tus propios pensamientos, pero aquel cántico lo interrumpía todo.
—¡Hey! — Intentó llamar la atención del otro con un grito, pero no sabía si sería suficiente para sobrepasar el volumen de la guitarra — ¡Hey tú! — Repitió una vez más —¡Eso ahí arriba no es un escenario!.
Le había aclarado al otro, mientras se notaba un poco de molestia en las palabras del kusajin.
Y en realidad tenía razón, aquel lugar por algo se llamaba "Torre de Meditación" y no "Escenario Real". Cada quién le daba el uso que pensaba correcto pero el muchacho no creía que ese fuera el más oportuno.
—¡Hey! ¿Me estás escuchando? — Volvió a insistirle, en su deseo de qué el otro se detuviera.
El de pelo gris seguía con su tono irritado y seco. Pero en realidad ese ánimo escondía muchas más cosas que una molestia por un canto, esa música podía ahuyentar a los animales de los alrededores acostumbrados a un lugar silencioso, perjudicando en gran medida su búsqueda. Y teniendo tan poco tiempo para dedicarse a esto, era crucial que los días que podía visitar el sitio este estuviera tranquilo.