18/06/2019, 16:55
Podría resultar un momento un tanto extraño, encontrarse con un compañero de aldea en un lugar tan remoto como podría ser Minori para dos shinobi de Amegakure. Pero para Aotsuki Ayame parecía que eso no importaba, pues en su rostro se dibujaba una sonrisa al ver a su viejo compañero de celda.
La kunoichi no tardó en dejar escapar palabra tras palabra de sus labios, sin darle demasiado tiempo al médico para responderlas sin seguirle el ritmo.
—He estado un poco ocupado.
Se limitó a responder antes de que esta interrogase a la chica y a él sobre si se conocían. A lo cual la fémina de Uzu se adelantó relatandole un poco de sus aventuras en el País del Rayo. Mirando rápidamente a la pelirroja no podría evitar observar el detalle de un pequeño cambio en su apariencia. Una chapa dorada en su brazo.
—Probablemente no tan bien como vos, Uzumaki-san. Felicitaciones.
Señaló con la mirada la chapa en su brazo que delataba su rango actual.
—Me encuentro en la misma situación, de hecho, cuando el tren este listo para partir debo retirarme.
La kunoichi no tardó en dejar escapar palabra tras palabra de sus labios, sin darle demasiado tiempo al médico para responderlas sin seguirle el ritmo.
—He estado un poco ocupado.
Se limitó a responder antes de que esta interrogase a la chica y a él sobre si se conocían. A lo cual la fémina de Uzu se adelantó relatandole un poco de sus aventuras en el País del Rayo. Mirando rápidamente a la pelirroja no podría evitar observar el detalle de un pequeño cambio en su apariencia. Una chapa dorada en su brazo.
—Probablemente no tan bien como vos, Uzumaki-san. Felicitaciones.
Señaló con la mirada la chapa en su brazo que delataba su rango actual.
—Me encuentro en la misma situación, de hecho, cuando el tren este listo para partir debo retirarme.
Hablo - Pienso