19/06/2019, 02:59
—Uff, al fin escuchó — Dijo esta vez más sereno mientras veía a la silueta chirriar desde las alturas retándolo a qué lo hiciera personalmente. ¿Por qué Kusanokami? ¿Por qué? Otra pérdida de tiempo con algún forastero qué le quitaría horas a su preciado día. El genin resopló, al parecer no le quedaban muchas más opciones que vérselas con esa persona ya qué, su figura descendía por la torre para hacerle frente.
Geki mantuvo la mirada en el foráneo, como esperándolo. Podría simplemente haberse dado vuelta e ido, pero de seguro tanto ruido había asustado a los animales que vivían allí o los había dejado alerta y esto para su búsqueda era totalmente negativo.
Así que decidió esperar y descubrir por qué aquella persona era tan bulliciosa, seguro tenía que esperar un par de minutos para que todo volviera a la calma.
Cuando este descendió, lo hizo de rostro cubierto. Por más que el Senju intentara cruzar sus ojos con el otro no lo consiguió. Aquellos ropajes le tapaban la cara, aunque por el tamaño asumió qué era un muchacho joven o probablemente de la misma altura. Lo único, una sonrisa, qué le sonó familiar, una escalofriantemente familiar.
"—A ver hijo de tu perra madre, que la única manera que vas a conseguir que guarde silencio es obligándome. ¿Quieres hacer esto por las malas?—"
El pequeño kusajin miró con ojos entrecerrados al otro, se había sentido ofendido con el insulto y hasta llegó a hervirle un poco la sangre. Pero intentó mantenerse en sus cabales. Sonrió forzadamente para esconder el enojo al escuchar la amenaza y soltó otro soplo de aire.
—¿No eres de por aquí no? Aquí se viene a meditar —Puntuó —Además asustas a los animales. Es como que yo intente pescar y tu lances piedras al agua —
Finalizó diciéndole al otro.
Geki mantuvo la mirada en el foráneo, como esperándolo. Podría simplemente haberse dado vuelta e ido, pero de seguro tanto ruido había asustado a los animales que vivían allí o los había dejado alerta y esto para su búsqueda era totalmente negativo.
Así que decidió esperar y descubrir por qué aquella persona era tan bulliciosa, seguro tenía que esperar un par de minutos para que todo volviera a la calma.
Cuando este descendió, lo hizo de rostro cubierto. Por más que el Senju intentara cruzar sus ojos con el otro no lo consiguió. Aquellos ropajes le tapaban la cara, aunque por el tamaño asumió qué era un muchacho joven o probablemente de la misma altura. Lo único, una sonrisa, qué le sonó familiar, una escalofriantemente familiar.
"—A ver hijo de tu perra madre, que la única manera que vas a conseguir que guarde silencio es obligándome. ¿Quieres hacer esto por las malas?—"
El pequeño kusajin miró con ojos entrecerrados al otro, se había sentido ofendido con el insulto y hasta llegó a hervirle un poco la sangre. Pero intentó mantenerse en sus cabales. Sonrió forzadamente para esconder el enojo al escuchar la amenaza y soltó otro soplo de aire.
—¿No eres de por aquí no? Aquí se viene a meditar —Puntuó —Además asustas a los animales. Es como que yo intente pescar y tu lances piedras al agua —
Finalizó diciéndole al otro.