27/06/2019, 07:39
Antiguamente, Geki sólo conocía sus habilidades del dominio del raiton. Aunque, la velocidad con la que el Yotsuki se había fortalecido y madurado en los últimos meses fue abrumadoramente rápida. La última vez, tuvieron que trabajar en equipo para lidiar con un grupo de cazadores, pero con el tiempo se había vuelto lo suficientemente hábil para que unos matones fuesen un juego de niños. En apariencia simple, ninguno de los dos lucía diferente, aunque quizás Rōga en actitud era mucho más soberbio que la última vez. ¿Pero y qué había de Geki?
—Vuelve a querer pasarte de listo y la próxima vez cantaré el réquiem de tu funeral— Mostró la dentadura, elevando las comisuras de los labios para mostrar una sonrisa tanto cómplice cómo amenazante. Obviamente eran palabras vanas para molestarlo, pero eso no quitaba que le resultaba desagradable la forma en la que se tomaba a burla su música. —Claro que por supuesto que desde luego que sí— puso pico de pato. —¿Tus chistes han mejorado?— Devolvió la broma.
Parecía que ambos volvieron a la normalidad luego del altercado. "Alguien necesitaba que le reacomodaran las ideas." se dijo divertido para sí. Su forma de tratar era muy brusca, pero la mayoría de los que le conocían entendían más o menos como se llevaba él con las personas, aún siendo tosco.
El ocaso anunciaba la llegada del anochecer, obligando al Yotsuki a desviar su mirada al horizonte. No tenía tiempo ya de buscar un pueblo cercano, pero creía recordar mas o menos la ubicación del bosque donde se perdieron la primera vez en búsqueda de agua. Probablemente iban a tener que pasar la noche en el sitio. "Detesto acampar" rememoró la misión junto a Daruu.
—Buena hora elegiste para darte una vuelta, que la oscuridad y el frío van a agarrarnos aquí mismo— ahora fue él quién empezó a andar, caminando hasta donde había dejado sus cosas. —A ver. Ya puedes irme contando eso de que has fracasado estos días. ¿No hay pistas del lobo? Mejor no invoques a mi suerte, que conociendo la que tengo va a aparecer a media noche cuando estemos desprevenidos— No sabrías decir si era muy buena o muy mala fortuna.
Una vez tuviese su guitarra y su equipaje, sacaría un mapa y empezaría a leerlo para orientarse.
—Me aseguré de que está vez sí sea de fiar, andando— aquello sonó a orden. —Vaya tiempo libre has de tener para venir a perderlo aquí buscando a la bestia. Quizás debiste entrenar un poco más, que podría ser peligroso— le vio de reojo. —No te lo tomes a mal, pero estás algo blandito. Mira que la mayoría de las veces he terminado lastimando a alguien más de lo debido... Por eso mismo traté de ser moderado contigo pero hombre, pareces hecho de cartulina. Mejor descansa bastante esta noche, que lo vas a necesitar.
Si el pisotón hubieses dado de lleno, aquello pudo terminar en tragedia.
—Vuelve a querer pasarte de listo y la próxima vez cantaré el réquiem de tu funeral— Mostró la dentadura, elevando las comisuras de los labios para mostrar una sonrisa tanto cómplice cómo amenazante. Obviamente eran palabras vanas para molestarlo, pero eso no quitaba que le resultaba desagradable la forma en la que se tomaba a burla su música. —Claro que por supuesto que desde luego que sí— puso pico de pato. —¿Tus chistes han mejorado?— Devolvió la broma.
Parecía que ambos volvieron a la normalidad luego del altercado. "Alguien necesitaba que le reacomodaran las ideas." se dijo divertido para sí. Su forma de tratar era muy brusca, pero la mayoría de los que le conocían entendían más o menos como se llevaba él con las personas, aún siendo tosco.
El ocaso anunciaba la llegada del anochecer, obligando al Yotsuki a desviar su mirada al horizonte. No tenía tiempo ya de buscar un pueblo cercano, pero creía recordar mas o menos la ubicación del bosque donde se perdieron la primera vez en búsqueda de agua. Probablemente iban a tener que pasar la noche en el sitio. "Detesto acampar" rememoró la misión junto a Daruu.
—Buena hora elegiste para darte una vuelta, que la oscuridad y el frío van a agarrarnos aquí mismo— ahora fue él quién empezó a andar, caminando hasta donde había dejado sus cosas. —A ver. Ya puedes irme contando eso de que has fracasado estos días. ¿No hay pistas del lobo? Mejor no invoques a mi suerte, que conociendo la que tengo va a aparecer a media noche cuando estemos desprevenidos— No sabrías decir si era muy buena o muy mala fortuna.
Una vez tuviese su guitarra y su equipaje, sacaría un mapa y empezaría a leerlo para orientarse.
—Me aseguré de que está vez sí sea de fiar, andando— aquello sonó a orden. —Vaya tiempo libre has de tener para venir a perderlo aquí buscando a la bestia. Quizás debiste entrenar un poco más, que podría ser peligroso— le vio de reojo. —No te lo tomes a mal, pero estás algo blandito. Mira que la mayoría de las veces he terminado lastimando a alguien más de lo debido... Por eso mismo traté de ser moderado contigo pero hombre, pareces hecho de cartulina. Mejor descansa bastante esta noche, que lo vas a necesitar.
Si el pisotón hubieses dado de lleno, aquello pudo terminar en tragedia.