28/06/2019, 14:46
El sonido del silbato tomo por sorpresa al joven peliblanco, para luego acrecentar su curiosidad por las aparentes muestras de vida que daba el vehículo. La gente comenzaba a moverse, la mayoría buscando la entrada al tren. El joven sintió el impulso de hacer lo mismo, pero no lograba orientarse, dirigirse hacia donde debía… Además de que la maquina misma parecía empeñada en ocupar la mayoría de su atención.
—¿Hum? —el tipo se detuvo tras pasar junto a ellos, dedicándoles una mirada que parecía entre sorprendida y molesta—. No deberíais acercaros tanto al tren, muchachos, dicen que es peligroso cuando arranca a correr.
—¿Correr? —pregunto mientras se apartaba un poco de aquel hombre de porte un tanto marcial.
No se sentía especialmente intimidado, aunque aquella altura y robustez de roble imponían, sino que ya le habían dicho —y sabia por experiencia propia— que no era buena idea atravesarse por donde va pasando la gente noble, quienes solían vestir de forma elegante, como aquel sujeto.
Pero cuando esperaba una segunda mirada más dura, la vista del hombre se desplazó hacia una señora muy bien vestida, de aspecto sobrio. Aquel vestido con motivos florales le recordaba al de una amiga suya, solo que los colores eran distintos; al igual que distinta era la manera en que se ajustaba a un cuerpo más alto y esbelto.
—¿Puedo ayudarles en algo, jóvenes? El tren está a punto de partir.
La voz le tomó por sorpresa, pues se había quedado viendo a la mujer del vestido floreado hasta que se introdujo en el tren… Incluso cayo en cuenta de que tenía a otro chico al lado suyo, que también parecía estar rezagado, o medianamente perdido.
—No estoy seguro de hacia dónde debo ir —confeso con serenidad—. Se supone que tengo asignado un sitio… o eso creo… Además, mi único equipaje es este —informo, mostrando el bolso de lona marrón que le acompañaba—. ¿Se lo tengo que entregar? Es que preferiría mantenerlo cerca, si es posible, claro.
—¿Hum? —el tipo se detuvo tras pasar junto a ellos, dedicándoles una mirada que parecía entre sorprendida y molesta—. No deberíais acercaros tanto al tren, muchachos, dicen que es peligroso cuando arranca a correr.
—¿Correr? —pregunto mientras se apartaba un poco de aquel hombre de porte un tanto marcial.
No se sentía especialmente intimidado, aunque aquella altura y robustez de roble imponían, sino que ya le habían dicho —y sabia por experiencia propia— que no era buena idea atravesarse por donde va pasando la gente noble, quienes solían vestir de forma elegante, como aquel sujeto.
Pero cuando esperaba una segunda mirada más dura, la vista del hombre se desplazó hacia una señora muy bien vestida, de aspecto sobrio. Aquel vestido con motivos florales le recordaba al de una amiga suya, solo que los colores eran distintos; al igual que distinta era la manera en que se ajustaba a un cuerpo más alto y esbelto.
—¿Puedo ayudarles en algo, jóvenes? El tren está a punto de partir.
La voz le tomó por sorpresa, pues se había quedado viendo a la mujer del vestido floreado hasta que se introdujo en el tren… Incluso cayo en cuenta de que tenía a otro chico al lado suyo, que también parecía estar rezagado, o medianamente perdido.
—No estoy seguro de hacia dónde debo ir —confeso con serenidad—. Se supone que tengo asignado un sitio… o eso creo… Además, mi único equipaje es este —informo, mostrando el bolso de lona marrón que le acompañaba—. ¿Se lo tengo que entregar? Es que preferiría mantenerlo cerca, si es posible, claro.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)