1/07/2019, 17:56
— ¡Estupendo! — hizo chocar sus manos sonorizando la vacía calle con una gran palmada — Estaré de regreso en un periquete
Se dio media vuelta y enfiló las escaleras de madera que, a cada paso rechinaban una nueva vez. TRas la plataforma abrió la puerta de aquel edificio de 2 plantas que ocupaba casi toda la manzan en su totalidad.
Allí estaba la joven kunoichi que terminó por cruzar la mirada con el podenco, el cual, tras mantener el contacto visual durante unos pocos segundos, relincho como si hubiera visto algo especial. Sin embargó, en la cabeza de Mei había una cosa muy clara, más allá de la orden que había recibido, primero cuandos e le entregó la misión, luego cuando el viejo le dijo que vigilase el carro y, por ende, la mercancía. No, lo que Mei tenía en la cabeza era... ¿qué diantres había bajo la tela? ¿qué demonios era lo que estaba protegiendo en aquellos precisos instantes? Un sentimiento de curiosidad empezaba a apoderarse de sus entrañas.
Por otro lado, también la carcomía por dentro otra cuestión. ¿Qué estaría haciendo el tal Toba? ¿estaría bien? Ni siquiera desde aquel lugar podía escuchar lo que sucedía en el interior de aquel edificio, el cual tenía el distintivo de hotel. Lo más probable era que estuviese ordenando un par de habitaciones, o una doble para reducir gastos pero entonces... ¿por qué tenía que esperar en la calle?
La cabecita de la gennin tendría que decidir rápidamente: Descubrir que había bajo la tela del carromato o ir a comprobar que estaba sucediendo dentro del edificio.
Se dio media vuelta y enfiló las escaleras de madera que, a cada paso rechinaban una nueva vez. TRas la plataforma abrió la puerta de aquel edificio de 2 plantas que ocupaba casi toda la manzan en su totalidad.
Allí estaba la joven kunoichi que terminó por cruzar la mirada con el podenco, el cual, tras mantener el contacto visual durante unos pocos segundos, relincho como si hubiera visto algo especial. Sin embargó, en la cabeza de Mei había una cosa muy clara, más allá de la orden que había recibido, primero cuandos e le entregó la misión, luego cuando el viejo le dijo que vigilase el carro y, por ende, la mercancía. No, lo que Mei tenía en la cabeza era... ¿qué diantres había bajo la tela? ¿qué demonios era lo que estaba protegiendo en aquellos precisos instantes? Un sentimiento de curiosidad empezaba a apoderarse de sus entrañas.
Por otro lado, también la carcomía por dentro otra cuestión. ¿Qué estaría haciendo el tal Toba? ¿estaría bien? Ni siquiera desde aquel lugar podía escuchar lo que sucedía en el interior de aquel edificio, el cual tenía el distintivo de hotel. Lo más probable era que estuviese ordenando un par de habitaciones, o una doble para reducir gastos pero entonces... ¿por qué tenía que esperar en la calle?
La cabecita de la gennin tendría que decidir rápidamente: Descubrir que había bajo la tela del carromato o ir a comprobar que estaba sucediendo dentro del edificio.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa