3/07/2019, 18:39
—No lo sé. Quizá simplemente necesitaban esta vez dos oficiales de Amegakure.
Contestó la Uzumaki antes de que aquel joven los volviese a interrumpir. La nave no tenía otro nombre que El imparable, nombre para nada modesto y humilde.
«Quizás se podría haber pensado un poco más ese asunto...»
El médico fue el último de los shinobi en abordar el tren y apreciar sus comodidades, las kunoichi ya habían tomado una elección de asiento por lo cual era mas fácil para Mogura elegir donde iba a sentarse.
«Yo también quiero un lugar contra la ventana.»
Pensaba mientras se sentaba enfrentado a Ayame, dejando a su vez un lugar vació a su lado que le daba acceso al pasillo del tren. El muchacho del tren, por su parte, no paraba de comentar detalles sobre las prestaciones de la maquina. Se le notaba muy emocionado por aquella empresa que había montado, y se le notaba claramente esperanzado por el futuro del prototipo.
—¿Ayudó a construirlo, señor? La verdad es que se ve majestuoso por dentro, estoy impresionada, no había visto algo así en mi vida.
Asintió a las palabras de la kunoichi, pues él tampoco había tenido oportunidad de estar dentro de uno de los vagones antes.
—¿Crees que sea un trabajo fácil el de hoy?
Consultó a su compañera de misión. Con un poco de suerte, la única razón por la que habían enviado dos shinobi desde Amegakure hasta aquel lugar era simplemente porque estaban fuera de Arashi-no-kuni.
Contestó la Uzumaki antes de que aquel joven los volviese a interrumpir. La nave no tenía otro nombre que El imparable, nombre para nada modesto y humilde.
«Quizás se podría haber pensado un poco más ese asunto...»
El médico fue el último de los shinobi en abordar el tren y apreciar sus comodidades, las kunoichi ya habían tomado una elección de asiento por lo cual era mas fácil para Mogura elegir donde iba a sentarse.
«Yo también quiero un lugar contra la ventana.»
Pensaba mientras se sentaba enfrentado a Ayame, dejando a su vez un lugar vació a su lado que le daba acceso al pasillo del tren. El muchacho del tren, por su parte, no paraba de comentar detalles sobre las prestaciones de la maquina. Se le notaba muy emocionado por aquella empresa que había montado, y se le notaba claramente esperanzado por el futuro del prototipo.
—¿Ayudó a construirlo, señor? La verdad es que se ve majestuoso por dentro, estoy impresionada, no había visto algo así en mi vida.
Asintió a las palabras de la kunoichi, pues él tampoco había tenido oportunidad de estar dentro de uno de los vagones antes.
—¿Crees que sea un trabajo fácil el de hoy?
Consultó a su compañera de misión. Con un poco de suerte, la única razón por la que habían enviado dos shinobi desde Amegakure hasta aquel lugar era simplemente porque estaban fuera de Arashi-no-kuni.
Hablo - Pienso